¡Ave María Purísima! ¡Sin Pecado Concebida!
Hijitos de mi Corazón hoy os doy esta bienvenida aquí en vuestra casa que es vuestro Santuario donde siempre nos encontramos con amor y con una buena comunicación entre el Cielo y la Tierra.
Abrid vuestros corazones para que veáis y entendáis lo que el Cielo os manda a decir, especialmente a mis Consagrados aquí presentes, porque en esta ardua batalla que tendréis en el último tiempo, recordad que para muchos este tiempo ha sido difícil porque las pruebas y los aguijones que han puesto en vuestras vidas han sido para que logréis vuestra santificación, y a cada uno de vosotros los Consagrados. No importa, cuando uno se arrepiente de corazón, Dios permite y borra vuestros pecados.
Hijitos, este es el tiempo que os dije, y nos va quedando tan poco tiempo para permanecer aquí en el mundo, y he tratado de llegar a muchos corazones en diferentes partes del mundo, para poder traer la paz y la unión entre el Cielo y la Tierra. Las dificultades que se vienen ya se están viendo, os digo hoy nuevamente, los próximos meses serán aterradores por la enfermedad, porque la pandemia no será la misma, será nuevamente aún más fuerte que esta. Vivirán dependiendo, pero ahora, de estas comunicaciones que tiene ahora el mundo y al permitir eso, el demonio entrará en vuestros hogares expresamente por Internet y por todo que va a pasar en el mundo.
Lo importante aquí es que vuestra Fe esté siempre firme, especialmente en aquellos que están comenzando a caminar en la fe, porque los eventos serán tan duros que a muchos les quebrantará la fe que tengáis.
Recordad que el Santo Rosario os dije que es el arma más poderosa para combatir esta gran batalla. Este es el tiempo que os dije, que el demonio cree que ha ganado la batalla y llegará un momento que la Iglesia ya no será la misma. La Iglesia tomará otro rumbo, y pues, orad, porque nueva Iglesia nacerá y a muchos os parecerá distinta a la que vosotros estáis acostumbrados. La Iglesia doméstica que es la fundamental, se está derribando muro a muro en los hogares, por la falta de fe que hay entre los hijos y los padres, recordad que esta es la batalla del adversario, al fallar la Iglesia doméstica, fallará nuestra Iglesia, la que fundó mi hijo Jesús.
Recordad pequeños, que el caminar son arduas espinas y cuando las veáis y las piséis os daréis cuenta que el camino es la salvación que os llevará al Reino de los Cielos. Aquellos que no tienen arduas espinas preocuparos, porque de ello estaréis viviendo vuestro gozo en la tierra. Santificaos a través del dolor y de los sufrimientos, porque el secreto es recibir con humildad lo que Dios os da y las pruebas aceptadlas con amor y abnegación. Mi Corazón de Madre os dice: todo dolor se puede pasar a través del Amor hacia el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Entregádselo a Ellos, porque Ellos ven vuestro dolor para grandes cosas y harán muchos milagros. Sed firmes en la fe, y recordad, que sin Dios, no hay vida, sin Dios, no tendréis las facultades para ser ser humano completo, porque el amor sólo lo entrega el Padre Dios y llena vuestras vasijas.
Llevo mi instrumento más que el Padre Dios me ha pedido, para colaborarle con la humanidad, porque en esencia aún tengo parte humana en mi Corazón y en mi Alma, conozco las debilidades de cada uno de vosotros y por eso vengo a interceder entre la humanidad y el Cielo para portar vuestros dolores y sufrimientos y llevárselos hacia el Padre. Recordad, amaos, respetaos y seguid adelante, no hay tiempo de odiar, no hay tiempo de seguir con el odio en los corazones. Vivid en el perdón porque este momento es el tiempo del perdón, caridad con los más débiles, caridad para aquellos que aún no encuentran el camino del Señor.
Aquellos Religiosos y Religiosas que han partido de sus Congregaciones, el Señor los llamará nuevamente, porque necesitará misioneros para volver a poblar la humanidad. Los jóvenes que estáis en el camino, deberéis pensar bien en formar familias con el alma entregada a Dios y no a la aventura de la vida que os ofrece el demonio en este tiempo. Las oraciones deberéis doblegarlas, seguid avanzando en todo lo que el Cielo pide.
Vendrán unos acontecimientos muy duros, muchos dignatarios morirán, grandes que están aún en los Gobiernos, la pandemia se encargará de sacarlos. Orad también por los terremotos que vendrán en México, Chile, Ecuador, Indonesia, y vendrán muy pronto. Diciembre será un mes de mucho movimiento.
Entregad vuestro corazón, apropiaos del Corazón de Jesús porque Él quiere que ese Corazón pueda llegar a sus corazones.
Entregad a la humanidad amor, entregad a la humanidad conciencia, verdad y sobretodo una nueva esperanza.
Hijitos de mi Corazón, os espero el próximo Enero, en la misma fecha a las tres de la tarde. Shalom, id en paz, os amo, os quiero.
Myriam