Mensaje de la Santísima Madre entregado el 21 de Enero de 2011
Hijitos de Mi Corazón, hoy os doy la bienvenida a cada uno de vosotros a este pequeño santuario. Y os digo que no hay un amor más grande que el amor de Dios, pues El siempre ha querido que Yo comparta con vosotros en este tiempo, pedacitos o minutos para vivir y morar en medio de vosotros.
Quiero deciros que Mi Corazón de Mamá está siempre dispuesto a escuchar a todos vosotros, vuestras intenciones y este es el tiempo que Mi Corazón de Mamá quiere acercarse aún más a vuestro corazón y a vuestros dolores y sufrimientos que habéis vivido en los últimos tiempos.
Dios lo sabe perfectamente y a veces lo permite, para que sucedan estas cosas, pero hijitos de Mi Corazón hay sufrimiento en el camino, aquel que no sufra en el camino, deberéis de preocuparos, porque en los sufrimientos está el amor de Dios, porque a través del sufrimiento pueden llegar a vuestra conversión verdadera.
Recordad, que el camino del Señor es con arduas espinas y muchas serán las caídas que habrá, pero Dios siempre está ahí y los ángeles para poder sostenerlos en éste camino de tanta adversidad.
No teman, Yo muchas veces os dije que en los últimos tiempos no deberéis de escuchar, ni decir y ni repetir las cosas que no debéis escuchar, este es el tiempo de las confusiones y durante tanto tiempo el demonio ha querido confundir a vuestras almas, vuestros hogares y vuestras convivencias.
El piensa que en este tiempo el puede ser dueño de vuestras vidas, pero no es así mis pequeños y no permitáis que él entre en vuestros corazones y en vuestros sentidos.
Hijitos míos, en este tiempo que estoy viniendo, veo continuamente vuestros errores y debilidades, El Padre Dios me ha permitido ver vuestras falencias y para eso he venido a poder ayudar para que sigáis el camino de vuestra santidad. Qué más quisiera, mis hijos, que todos vosotros estuvierais santos ya en estos instantes.
Muchos van para el camino de santidad y otros aún les falta, por eso acercaros a la oración y a la penitencia. Haced caso humilde a esta sierva del Señor, a estos pequeños consejos de una Madre que preocupada está para que sigáis en el camino, oración, penitencia y silencio, lo que os falta en este tiempo en vuestras vidas.
El Cielo es maravilloso, es un espacio que no tiene rincones, es un espacio sin fin, donde se vive en amor y en paz. Vosotros cuando estéis, podréis, me vais a entender lo que muchas veces dije en este tiempo. Aquel que llegue al Cielo recordará mis palabras, porque en el Cielo no hay maldad, hay dulzura, amor y mucha caridad, porque Dios es amor y caridad y vosotros podéis ser caritativos y ser amorosos con vuestros adversarios.
Hijitos, mi mensaje de hoy es de recordarles que todo vuestro ser debe ser enteramente para Dios, nada puede quedar desatado, porque Dios los ata a ustedes en su Corazón infinito, amaos el uno al otro y respetaos como siempre.
Haced caso a mis palabras, no tengáis tiempo para escuchar al adversario, no tengáis tiempo de poner palabras en boca que no corresponde. Pues Yo quiero deciros que la maldad siempre está ahí, al acecho para poder dañar vuestras vidas y vuestros sentimientos.
Luchad por vuestras familias, orar por aquellos hijos que no están convertidos, conversión, amor y caridad para aquel más débil de vuestros hermanos o vuestros hijos.
Hijitos, Mi Corazón de Madre os estrecha en ésta noche a cada uno de vosotros y especialmente a mis hijos consagrados, os recuerdo que soy consagrada ante el Señor y lealmente os pido, reserva, silencio y mucho amor y caridad, pero en silencio.
Os amo mis pequeños y recordad que Mi Corazón de Madre siempre está aquí para escuchar vuestros dolores y sufrimientos, aquí estaré siempre en espera de vosotros.
Visitad ante el Santísimo a Mi Hijo que en este tiempo aún se encuentra muy solo.
Hijitos de Mi Corazón en esta noche os doy la bendición en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Id en la paz del Señor y os espero el veintiuno.
“Madre el veintiuno voy a estar en Israel”
“Lo sé”
Gracias
Shalom.
Mensaje de la Santísima Madre, entregado el 21 de Marzo de 2011
Hijitos míos de mi Corazón, hoy os doy la bienvenida a cada uno de vosotros y aún más sorprendida por ver una gran cantidad de personas. Veo rostros y almas nuevas en este lugar, pero veo también vuestras necesidades.
Quiero deciros que en el tiempo que yo he estado visitando vuestro pequeño santuario, siempre el Cielo ha querido adelantaros vuestros acontecimientos y día a día se han ido cumpliendo como el Cielo lo ha dicho.
Muchos han tenido falta de fe, muchos han tenido sus dudas mis pequeños, pero quiero deciros que ya no es tiempo de que dudéis de la presencia de mi Corazón Inmaculado que está vivo y presente en vuestro país.
Cuando ya sea el tiempo que tenga que partir he ahí es donde se darán cuenta que verdaderamente yo vine a traer la palabra y el amor y el consuelo del Padre Dios hacia vosotros y a cada uno de vosotros.
Vine a prepararos para el encuentro del Señor, para el encuentro con mi Hijo y cada día que he venido a este mundo, cada año y cada mes que he estado aquí presente me doy cuenta que muchos van y vienen.
Vuestra fe debe ser siempre firme, debe ser verdaderamente firme y así como os pido a todos mis hijos consagrados y religiosas una perseverancia en la fe y en vuestra vocación, así espero perseverancia en todos vosotros los que asistís a los encuentros. Este es el tiempo mis pequeños que debéis estar en gracia de Dios y con todos vuestros seres queridos y familiares.
Ya no hay tiempo de alejaros y de rencillas que puedan dividir vuestra fe y separaros de este camino de amor y de santidad.
Esto que habéis vivido, el Cielo lo había advertido mucho tiempo atrás y os pidió que juntareis velas y las velas las tendréis que usar muy pronto.
Hijitos entended que con el Cielo no se juega, simplemente viene a advertiros todo lo que va acontecer.
Quiero verdaderos corazones, necesito verdaderos gladiadores para seguir adelante, recuerden que la obra no se termina un día veintiuno, sino que la obra continúa día a día y cuál es la obra del Cielo que os pido, es que sigáis siendo verdaderos hijos de Dios, deberéis de conseguir siempre estar cerca del Santísimo donde mi Hijo siempre estará ahí para escucharos y aliviaros de todos vuestros dolores y sufrimientos.
Hijitos, así como Mamá he sufrido, como vosotros habéis sufrido en este tiempo, pero nunca os he apartado de mi Corazón o me he apartado de vuestro lado.
Recordad, hijos que los momentos de más angustias es ahí donde vienen verdaderas conversiones.
También, he sabido y he visto en el mundo entero que muchos hijos y familiares se han reencontrado después de tanto dolor y sufrimiento.
No esperéis que lleguen estos momentos difíciles para volver a encontraros con vuestros seres queridos, en todo momento debéis de pedir perdón, porque es ahí donde el Padre Dios verdaderamente reinará y vivirá en vuestros hogares.
Dios pide para este tiempo, quiero mis pequeños que viváis austeramente en este tiempo, no vayáis a descansar en Semana Santa, pedid y orad y ampárense en el querer del Señor, acompañando a mi Hijo en ese largo sufrimiento, porque esos sufrimientos que veis en Cristo lo vivís verdaderamente en vuestras vidas, cada uno carga vuestras cruces y aprended hijos a cargarlas con sufrimiento y oración.
Orad y orad, porque así podréis llevar esa Cruz tan pesada.
A todos mis hijos consagrados, nuevamente os pido, perseverancia, perseverancia porque yo os necesitaré en este camino, porque así podréis ayudar a muchos de vuestros hermanos que están comprometidos con Jesús.
Hijitos, la Iglesia ha sufrido una gran crisis y así como lo ha sufrido materialmente, también lo ha hecho en lo espiritual, son muy pocos mis hijos que se mantienen firmes en este camino.
Por eso a todos vosotros que estáis aquí os pido oración y penitencia para poder sostener a mis hijos consagrados en el mundo entero, el gran adversario quiere destruir vuestra Iglesia y es así que el quiebre vendrá aún más, pero vosotros perseverad, porque así Dios os podrá sacar adelante en vuestro caminar.
Recordad, que hay una gran misión, se va a construir el Monasterio, porque ese será el que ayudará a salvar a muchas almas, de vosotros depende mis hijos, pero cuando es obra de Dios, Dios todo lo da y todo lo va a ir dando a medida que el Cielo lo vaya requiriendo.
Sed generosos, caritativos y bondadosos, que ese es el lema que Cristo vino a poner, a implantar en el mundo, recordad que vosotros sois semejanza de Dios, imitad todo lo que Dios ha hecho en la tierra, porque vosotros podéis hacerlo.
Yo, como Mamá, confío en cada uno de vosotros, en cada pequeño ser vivo de este mundo, mirad como está el mundo y aterrorizaos por la maldad que hay en general.
Hijitos míos, sed firmes y os digo guardar agua, mantened el agua como os dije tanto tiempo, las velas tenedlas a mano, recordad que no solo termina aquí sino que recién comenzamos.
Hijitos de mi Corazón, tengan fe, tengan confianza, porque Dios no los va a abandonar. Mucho depende de cada uno de vosotros, dad fuerza a aquellos que están con su fe débil, dad fuerza a aquellos que están enfermos y dad fuerza a aquellos que están alejados de Dios, vosotros sois espejos de esto, de mi Corazón y del Corazón de mi Hijo Jesús.
Hijitos inclinad vuestras cabezas y recordad que yo estoy en medio de vosotros y yo como Mamá os cubro con mi precioso manto a cada uno de vuestras familias y vuestros hijos y seres queridos.
Hijitos, amaos el uno al otro y sed generosos y bondadosos, porque ahí podréis ser verdaderos hijos de Dios, os amo y recordad que en Semana Santa yo estaré viniendo, recordad que acompañaré a mi hija en esos días y quiero compartir el día jueves santo, ojala con todos vosotros y se hará en Lonquén para que podáis compartir con mi pequeña, os amo mis pequeños id en la paz del Señor y os espero el veintinueve.
Hijitos os bendigo en esta noche en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Id en la paz del Señor y alegraos, porque gracias al Padre Dios que me ha permitido estar en medio de vosotros.
Shalom
Mensaje de la Santísima Madre, entregado el 29 de Marzo de 2011 en Lonquén
Hijitos míos, como Mamá os doy la bienvenida a mi casita.
Os dije tiempo atrás que este iba a ser el santuario y así será, el santuario de la gran acogida para grandes corazones que quieran seguir a Mi Hijo Jesús.
He confiado en muchos de vosotros en esta gran obra y no es mi obra, sino que la obra del Padre, que El ha solicitado para que nazcan nuevos frutos religiosos y religiosas para la Nueva Jerusalén.
Este es el tiempo que Yo anuncié que ibais a sufrir grandes dolores espirituales, físicos y recién estáis viviendo los acontecimientos.
Me he presentado en el mundo para traer la palabra de Dios y todo lo que Dios me ha encomendado. Los mensajes que he entregado en todos los lugares del mundo todos se han llevado a cabo, porque la palabra de Dios es una sola.
Entiendan mis pequeños, que muchas veces Dios ha tratado de llegar hacia cada uno de vosotros y al mundo entero, pero la maldad del mundo ha sobrepasado los límites y el Corazón de Dios está infinitamente triste porque no ve cambio alguno en los corazones del mundo.
Si bien es cierto vosotros sois muy pocos, pero en muchas partes del mundo hay siempre la misma cantidad de gente que sigue los encuentros conmigo, pero Yo quiero deciros mis pequeños, que en este tiempo los necesito santos a cada uno de vosotros y vosotros estáis aquí para ayudarnos, para seguir avanzando y que cada uno de vosotros tenga el deber y la valentía de seguir este apostolado llevando la palabra a todos y a todos los que vosotros podéis salvar.
Hijitos de mi Corazón como Mamá os pido tiernamente que me ayuden a recolectar más almas para el redil de Mi Hijo, necesito que vosotros estéis verdaderamente entregados a este camino, vendrán aún más sufrimientos espirituales, en nuestra Iglesia, Mi Iglesia.
La Iglesia de Mi Hijo está cayendo poco a poco, las trompetas del gran enemigo están derribando a mis hijos consagrados.
Recordad, el perdón, pero quiero deciros, no los juzguéis, sino que hay que orar, orar y orar para ayudarlos a salir adelante.
El demonio ha sido tan astuto que ha entrado hasta la misma Casa del Señor y ha conocido las debilidades de cada uno de ellos y de vosotros, porque también las conoce. Debéis de estar siempre atentos para no caer, abandonaros y sed humildes y mansos de corazón.
No dejéis que el orgullo prevalezca en vuestras vidas, porque ese es vuestro gran enemigo y la facilidad que dará para que el demonio entre en vuestras vidas.
Hijitos, rogad, rogad y rogad para que todas las cosas se atenúen de las que han de venir, estos son los últimos tiempos y Yo como Mamá estoy con apremio y sigo viniendo constantemente a vosotros, porque confío en vosotros, que vosotros seréis verdaderos apóstoles llevando la palabra verdadera, pero no asustéis a la gente, porque muchos de vosotros siempre estáis colocando fechas y no es así.
Orad, rezad en silencio, id a la Santa Misa y estad en gracia de Dios con todos los sacramentos mis pequeños, porque es ahí donde se manifestará verdaderamente mi presencia y muchos la verán.
Alabado Sea, dice el Señor
Hijos Míos, me hago presente aquí como Hermano y Padre.
Quiero deciros que Mi Corazón se conmueve viendo tanta destrucción en este mundo, el mundo que creó Mi Padre para vosotros para que lo vivierais y gozarais de él.
! Pero que habéis hecho humanidad ¡
Habéis destruido todo lo bello de esta humanidad, con sus pecados y las faltas de amor con los más necesitados y ahora estáis pagando las consecuencias. Qué más quisiera mis hijos, detener todo, pero aunque lo detuviera, los hombres no cambiarían, veo el mal en los hombres, y los hombres no quieren entender, los hombres no quieren cambiar, no quieren entregarse a nuestra Voluntad. Deseo que vuestros corazones vivan en la paz y en lo esencial, aprovechen de contemplar todo lo que tengan alrededor, contemplen vuestras vidas y verán que desde el momento que han encontrado el camino han sentido a Dios en sus corazones.
Yo os quiero santos a cada uno de vosotros y quiero que vosotros estéis en Nuestra Casa, en Nuestro redil, en el Cielo gozando de todos los privilegios que tienen los santos.
Pequeños, Yo como Papá y Hermanos Mayor, os digo, orad, orad, pedid por los sacerdotes, pedid por ellos y más aún con todo lo que vendrá.
Mi Iglesia se está derrumbando pedazo por pedazo y llegará hasta tocar fondo, pero vosotros mis laicos comprometidos debéis aumentar aún más la fe, sostener la fe en estos instantes de dolor y de sufrimiento, porque vosotros seréis los que ayudarán a levantar la Nueva Iglesia, la Nueva Jerusalén renovada que necesita este mundo.
¿Por qué me hago presente?
Para reafirmar las visitas de Mi Madre Santísima, y deciros que cada uno de vosotros me tendréis que tener presente en vuestro corazón y en vuestras vidas.
Ámense, quiéranse, atesórense, respétense y únanse a Nuestra Unión Celestial.
Para los enfermos que quieran sanación, deberéis de rezar un Credo, siete Padre Nuestro, siete Ave María y pedir con todo el corazón la clemencia del Padre Dios.
Id en la paz del Señor y Yo os bendigo a cada uno de vosotros en esta tarde.
La Paz este con vosotros.
Shaloom
Mensaje de la Santísima Madre, entregado el 21 de Abril de 2011
Hijos de mi Corazón, hoy he venido a vosotros en esta preparación ante un terrible dolor de hace 2000 años atrás.
Como mamá os digo revivid nuevamente el sufrimiento y dolor de tiempo atrás cuando vi a mi Hijo prácticamente con sus dolores y sufrimientos, con la tortura de la palabra como la tortura física.
Los dolores más terribles para mi Hijo fueron las blasfemias que hablaron de Él. En este tiempo se han repetido contra muchos hijos del sacerdocio y religiosas.
Lamentablemente, el mundo ha ido creciendo más hacia la oscuridad que hacia la claridad. En esta tiempo el demonio hace fiesta para cada alma que conquista se cree que ha ganado prácticamente la batalla, pero quiero deciros que la batalla está comenzando, aún no se termina y cuando termine aplastaré al gran adversario de mi Iglesia, lo aplastaré y lo encadenaré y lo llevaré hasta al final de los confines del universo, donde de ahí nunca más podrá salir y volver a tentar a las almas y a los hijos de Dios.
Invocad siempre, mis hijos, al Arcángel San Miguel en todo momento en vuestros dolores y vuestros sufrimientos. También, estaba escrito que lo que en este tiempo iba a suceder y la palabra de Dios es una sola y todo lo que Dios dice se cumple.
Sed limpios de corazón, sed humilde, mis pequeños, porque así podréis gozar en el Reino de los Cielos.
Este tiempo quiero que lo viváis con amor y recogimiento, dejad que el tiempo se detenga en estos tres días de vuestras vidas y vividlo como el Señor lo ha vivido: con dolor y sufrimiento.
Necesito austeridad en vuestras vidas para que así pueda reinar mi Hijo en vuestros hogares.
Hijitos míos, en esta tarde os invitaré a algo muy especial para la cena. Esta cena que preparó Jesús en ese tiempo de Pascua.
Pues bien, hoy la reviviréis y pensareis que él está en medio de vosotros haciendo lo mismo que hizo Jesús en ese tiempo compartiendo el vino, compartiendo el pan y todos los frutos que él anhelaba.
Hijos míos, os pido sacad fuerzas. Mis pequeños, sed valientes y seguid adelante, no abandonéis la oración por que es necesaria y la oración contemplativa le encanta a mi Hijo y sobre todo cuando están en el Santísimo.
Rogad y pedid, porque se os dará, pero con una gran fe, mis pequeños. Yo amo a cada uno de vosotros aquí presentes y sé el esfuerzo que habéis hecho para llegar hasta acá.
Pero os digo: la recompensa será muy grande.
Ayudad a cargar la cruz de estos días a Jesús, que la cruz y la corona de espinas serán para la Iglesia de este tiempo.
Os amo, mis pequeños, id en la paz del Señor y recordad que yo estaré en medio de vosotros y en los momentos que vosotros me necesitéis.
Amaos el uno al otro. Perdonad al enemigo, porque así seréis ejemplo para ellos.
Os amo, id en la paz del Señor, rogad y rezad por esta humanidad.
Shalom Miriam
Mensaje de la Santísima Madre, entregado el 21 de Mayo de 2011
Ave María purísima, sin pecado concebida
Hijitos de mi Corazón, hoy os doy la bienvenida por estar aquí en mi pequeño santuario.
Quiero deciros que muchos de vosotros estáis o habéis venido asustados con tantas noticias que habéis escuchado en esta humanidad.
Siempre ha habido gente que ha querido muchas veces asustar a todo el mundo, pero solo perjudican a aquellos que tienen el alma débil y falta de fe. En estos momentos muchos morirán por ser víctimas de una mente enferma.
Todavía no es la venida de mi Hijo, está cerca, pero no es hoy día, ni en noviembre, ni en diciembre.
Quiero deciros, que el término del mundo, lo vuelvo a repetir, no se acabará, sino que simplemente será una purificación, en el cual mi Hijo y el Padre Dios, optarán por salvar las almas más puras, llevándolos a un lugar purificado y los que queden en este lugar, en el mundo, tendrán que vivir su juicio.
Pero, para esto mis pequeños, quiero deciros que falta aún un poquito, quiero que sí, estéis preparados con vuestras conversiones verdaderas, vuestras confesiones y tengan fe, el que tiene fe verdadera, nada le sucederá, sentirán paz y tranquilidad.
Aquel que no tenga la fe firme andará siempre con miedo y siempre estará pendiente de lo que va a suceder.
Vivid tranquilamente, porque si estáis con Dios, Dios no os desamparará, simplemente Dios os ayudará a cargar esa cruz que lleváis en este camino.
Atended mi llamado, atended el llamado que mi Hijo hace a través de mi Corazón en el mundo entero.
Recuerden que he venido a traer la paz al mundo y traer la buena nueva, que vendrá renovada nuevamente la paz en este mundo que quiere el Señor.
Vivid en armonía. Esperad y confiad en Dios, rogad y pedid a Dios para que todo se pueda cumplir como Dios os ha prometido.
Recordad, que Dios muchas veces os da muchas señales, pero vosotros parece que no estáis preparados para ver esas señales, porque estáis pendiente de todo lo que os rodea, del mundo y las vanidades de este mundo que os lleva a caer a los grandes sismos y a la falta de fe.
Hijitos, si no tenéis a Dios, nada podrá ser completo en vuestras vidas.
Recordad, que la vida es con Dios y Dios lo llena todo. Vosotros debéis vivir en torno a Dios y no vivir retrocediendo y viviendo a oscuras como estáis viviendo en este tiempo. Dios es luz y purifica y bendice todo aquello que toque Dios en este mundo; vuestros hijos están bendecidos por Dios, vuestros seres queridos, vuestros hijos, nietos y todos aquellos que están convertidos.
Dios los ha tocado y están purificados; pero depende de vosotros que esa purificación se mantenga a través de las oraciones, constantemente.
Haced penitencia, orad. La salvación de vuestra alma tiene un gran secreto y vosotros ya lo sabéis y ya muchas veces os he repetido: hacerse pequeños y humildes de corazón, porque así podréis verdaderamente entrar en la Voluntad de Dios, porque la Voluntad de Dios es todo, vuestra voluntad debe de desaparecer para que podáis así caminar bajo el amor y el amparo de Dios.
El Espíritu Santo derrama en vuestros corazones en estos instantes una llama de Amor para que puedan sentirse felices y gozosos y los que tengan familiares enfermos, puedan sentir un gozo en el corazón.
Hijitos míos, en esta tarde con tristeza os digo que el mundo no quiere cambiar, el mundo está viviendo como quiere vivir, sin la ley de Dios y los hombres nuevamente se alejan de su Corazón.
Ayudadme a orar por estas almas que viven en esas tinieblas, que luchan por algo inalcanzable, porque todo lo que creen que han logrado, en un día se derrumbará.
Hijitos, lo de Dios perdura por siempre, lo del humano dura muy poco.
Recordad, que yo estoy en medio de vosotros, cargad vuestras cruces en estos instantes, desde hoy serán aún más pesadas.
Orad por mi Iglesia, orad por los sacerdotes, mis hijos predilectos, a los consagrados que están en el camino del Señor, porque las tentaciones aún son más duras para ellos.
No los juzguéis sino oren, oren, porque nuestra Iglesia necesita ser purificada a través de los dolores y sufrimientos de los mártires de la Iglesia.
Hijitos de mi Corazón, haced cuenta que yo os doy un abrazo fraterno a cada uno de vosotros en esta noche, os quiero, os amo y a través de este amor de Mamá, yo bendigo a vuestras familias en esta noche. Inclinad vuestras cabezas, la Señora dice que levantéis vuestros objetos religiosos. En esta tarde bendigo todos los objetos religiosos para fortalecerlos en este camino de amor y de esperanza.
Vivan en Dios, crean en Dios y vivirán en paz el resto de vuestras vidas. Os amo mis pequeños, id en la paz del Señor y recordad que yo soy la Madre del Consuelo, yo soy vuestra Madre, de la Paz, yo soy vuestra Madre de la Esperanza y la Madre Dolorosa. Bajo mi advocación de María del Corazón Inmaculado y de la Concepción, os amo mis hijos.
Shalom
Mensaje de la Santísima Madre, entregado el 21 de Junio 2011
La Señora dice que muchos que no se han confesado hoy, pero ella entiende que a veces el tiempo se os hace corto, pero quiere anunciaros que esta noche será aún más corta, porque comienza el invierno y la noche más corta de vuestra vida.
Hijitos míos de mi Corazón, hoy os doy la bienvenida a cada uno de vosotros. En estos días de agonía y de vacilación de vuestra fe, podéis contemplar que todos los designios de Dios se han cumplido.
He venido en este tiempo a visitaros a cada uno de vosotros y en cada parte del mundo para traer la Palabra de Dios y vosotros sabéis que la Palabra de Dios se cumplirá hoy, mañana y siempre, porque todo lo que dice y lo que viene del cielo se cumplirá.
Veo aterrorizada como vuestra Iglesia en el mundo entero está cayendo a pedazos, necesitamos muchas almas para poder volver a levantar a nuestros hermanos caídos en la fe.
Hijitos míos, Dios quiere morar en vosotros, pero vosotros no le dais el tiempo que necesita. El visita en el silencio, en la intimidad de vuestras almas para poder tener ese coloquio que tanto desea.
Cuando fui visitada por el Arcángel San Gabriel en mi habitación, yo estaba en silencio, venia gozosa de haber compartido un tiempo hermoso con el Padre Dios, cuando se me presento el ángel.
En ese instante comprendí que solo en el silencio y con humildad es donde verdaderamente Dios puede estar con vosotros. Darle el tiempo a Dios, es darle los minutos que Dios se merece para poder vivir y regocijarse en vuestros corazones. El, es gozoso de estar en medio de vosotros cuando hay esa intimidad especial.
No dejéis que los sonidos de este mundo, los ecos y las cosas electrónicas afecten esa comunicación de Dios, porque quedarán faltos de amor y de esperanza y eso es lo que os está pasando en esta humanidad.
Pues, el mundo ha ido dándole paso al adversario día a día, donde él está haciendo su reino en vuestros corazones y en aquellos que me han querido dejar de lado y no me han recibido, ni han querido entender que Dios ha permitido que yo venga a traer la Palabra de Dios.
Vengo especialmente para poder llegar a vuestros corazones y poder salvar muchas almas, para que sean santa en este tiempo.
Hijitos, la esperanza de Dios es que hay muchos que deben de convertirse ya en estos instantes y desde ahora para adelante. Necesito más almas, necesito que vosotros estéis trabajando arduamente para el triunfo de mi Hijo aquí en la tierra.
Se avecinan las tres noches de tinieblas, muy pronto las tendrán, mirad como está el tiempo, mirad como están sucediendo las cosas que ya se han dicho e informado.
Tengo que seguir peregrinando en el mundo entero para poder traer estos mensajes para que el mundo me escuche y puedan hacer caso para poder llegar a Dios. Qué tristeza para mi ver cuántas puertas se cierran, cuantos oídos se hacen sordos, cuantos hermanos no me quieren reconocer como la Madre de Dios. Pero, quiero deciros que vamos a triunfar, pero necesito la ayuda de vosotros, los que estáis convertidos.
Quiero deciros que los sufrimientos que muchos padecéis en estos días muy pronto se terminarán. Recordad, que él que no vive un calvario debe preocuparse, porque todos debéis de vivir el calvario para llegar a la gracia, y vivir en el cielo como Dios quiere.
La Santidad se logra a través de los sufrimientos, de la humildad y de la caridad. Ser santos cuesta mis pequeños, pero cuando una vez encontráis el camino ya no habéis de retroceder, sino que avanzar porque estáis a punto de alcanzar la Gracia Divina.
Sean pacientes hijos, no estéis pensando en el día de mañana si vendrá terremoto, sino que seguid viviendo en la Gracia de Dios y así os podréis pasar la prueba y las adversidades sin el temor, sin el susto de estar pendientes si será mañana.
Vivan con amor, vivan alegres y en la Gracia de Dios, porque lo único que podrá salvarlos serán la fe y la esperanza que Dios da en este tiempo.
Hijitos míos, atended mi llamado, atended las súplicas de este Corazón de Madre. Como yo amo a cada uno de mis hijos en el mundo entero e incluso aquellos que no me aman para mi igual son mis hijos.
Mis hijos, sacerdotes y religiosas en el mundo entero, vuelvan al camino, amen a Dios, vuelvan a creer en la Santa Eucaristía, no rechacéis a mi Hijo, abran vuestros corazones, sean amantes de Jesús, porque Él os encomendó este pueblo y vosotros sois responsables de llevar al rebaño hasta el redil de mi Hijo. Aferraros a vuestra fe y sed valientes y sed honorables Hijos de Dios.
Hijitos míos, os doy la bendición en esta tarde en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Id en la paz del Señor y recordad que necesito de vuestras oraciones para atraer más almas al redil de mi Hijo.
Os amo mis pequeños, os amo y rogad y pedid porque todo se os dará.
Shalom
Mensaje de la Santísima Madre, entregado el 29 de Junio de 2011 en Lonquén
La Señora dice que les da la bienvenida a cada uno de vosotros al Santuario, por este día tan lluvioso y que lo valiente se ve, que gracias a vuestra fe estáis aquí.
Hijitos míos de mi Corazón, os doy la bienvenida a cada uno de vosotros. Extiendo este manto para cubrirlos. Bajo este manto podéis mantener el calor de mi Amor y de mi Espíritu en vuestros corazones.
Hijitos míos, así como vosotros sabéis que este es un día especial para el cielo, también es especial para vosotros, porque hay muchos Pedros y muchos Pablos en medio de vosotros también. Pero el significado de cada cosa es importante como el significado del corazón de Pedro como el corazón de San Pablo. Grandes gladiadores en el camino de la fe, así debéis ser vosotros, gladiadores de palabra, gladiadores de actitud. Vosotros sabéis que en el camino necesito verdaderos gladiadores, con la palabra y con vuestra fe en este camino. Necesito que me ayudéis a conquistar aún más almas.
Estos son los tiempos que dijimos, de las adversidades que habrá en el mundo entero y todo se ha ido cumpliendo como Dios había dicho. Todo tiene su momento, su día y su hora, para cumplirse los designios de Dios y así comenzamos hasta llegar a vivir la gran gracia de Dios cuando esté nuestro Señor aquí en la tierra.
Hijitos, entended que necesito almas verdaderas, almas comprometidas para el camino del Señor. Necesito que hagáis cadenas de oración para poder atraer más almas al verdadero redil de mi Hijo sembrando Seminarios de buena semilla para que germinen en un pasto y tierra fértil, para que crezcan derechos y rectos como mi Hijo Dios ha querido que sean sus pastores.
Vosotros sois los que alimentáis las ovejas en este tiempo, vuestros hijos, alimentadlos con la Palabra de Dios, habladles de Dios para que así ellos puedan ir creciendo y caminando de la mano con mi Hijo Jesús.
Necesitamos levantar pronto nuestro Convento para que mi Hijo pueda estar aquí permanentemente en medio de mis hijos predilectos.
Quiero deciros que las advertencias que se han dicho en el mundo, no se ha dado la fecha que el Padre Dios ha dado todavía, pero quiero deciros también que en cualquier momento puede ser.
Depende mucho de vosotros, de vuestra fe y de vuestra fuerza, vuestras oraciones y que viváis verdaderamente en la paz del Señor.
Llegará el momento en que del cielo caigan mantos oscuros en vuestras vistas, el día y la noche serán obscuros para muchos de vosotros, los que tienen fe podrán mirar sobre la obscuridad y los que no tienen fe no podrán ver, ni siquiera la luz que tendrán encendida en vuestros hogares. Solo aquellos que tengan la fe y la esperanza de Dios serán los que podrán ver la luz que muchos llevaron bendecida a vuestros hogares. Las gracias no son para todos.
Ha venido tanto tiempo mi Hijo a traer muchas gracias y en ese tiempo muchos se cegaron y cerraron los ojos. He venido en todos los tiempos y muchos han escuchado y muchos se han hecho los sordos.
Pues bien, sigo diciendo mis hijos, que hasta el último minuto espero que abráis vuestros ojos y vuestros corazones para así poder verdaderamente ver y tener la certeza que Dios está en medio de vosotros. La mejor certeza que podéis tener es vuestra fe y si no la tenéis nada podréis ver, nada podréis escuchar y nada podréis conseguir.
Los milagros se ven cuando el alma está pura, clara y sincera. Pero aquellos milagros que queréis ver, por más que los queráis ver no los podréis ver, porque vuestros pecados habrán puesto las tinieblas en el alma y en el corazón.
En los ojos tendrán una ceguera profunda en la cual no podréis ver, no podréis ver ni tocar, porque hasta vuestros sentidos se perderán.
¡Ay! de aquellos hijos que en esa noche estéis separados de vuestras madres.
¡Ay! madre de aquella noche que estéis separados de vuestros hijos, porque los que tienen fe podrían encontrarlos y los que no, se perderán en las tinieblas y en los aullidos de terror que habrá en esa noche.
Aumenten su fe, crezcan en Dios.
Vivan en Dios y vivan para Dios.
Ese es el secreto para poder alcanzar la gracia Divina.
El que no vive, no cree y no está con Dios, es aquel que se perderá en las tinieblas de esa noche.
Los susurros del viento soplarán en grandes ciudades, se formarán tormentas y tornados y muchos mirarán con horror todos los desastres de la naturaleza. Estos son los tiempos que estáis viviendo y viviréis.
Desde hace tres meses hacia atrás se ha ido acortando el tiempo.
Vosotros sois los únicos que estáis escuchando, pero os pido con amor y clemencia para que podáis de repartir el Mensaje con caridad y sin asustarlos.
Temblarán vuestros pisos, temblarán vuestras ventanas, temblarán vuestros corazones, porque grandes terremotos se sumarán.
Miren el tiempo como está. Nunca pensaron que iba a llover o que iba a nevar en lugares que nunca había nevado. Todo se está cumpliendo.
Estáis siguiendo y entrando al Apocalipsis, mis pequeños.
Amad a vuestros hijos, entregadle todo el amor que podáis, entregadle el amor y la fe de Dios, porque esa es la herencia que le podréis dejar para el futuro.
Hijitos de mi Corazón, este el último llamado de auxilio que pido para el mundo entero.
Orad por las almas del Purgatorio, orad por todas aquellas almas que viven en las tinieblas, orad por aquellos que todavía no caen en las tinieblas, pero no están con Dios. Oren para atraerlos hacia el redil de mi Hijo.
La humanidad está cansada y la tierra está gastada. Por eso necesita descansar. Descansará cuando vean verdaderamente a los hijos de Dios entrando en el Reino de los Cielos.
Hijitos de mi Corazón, os amo, os espero y os quiero a todos Santos en este camino. Avanzad hacia adelante, no retrocedáis, porque ya no es tiempo, porque vuestras almas, el que retrocede se irá perdiendo. Tenéis la gracia de haber compartido y estar conmigo en todos los encuentros. No perdáis la gracia, porque así vais a quedar faltos de fe.
Hijitos, levantad vuestras manos en esta tarde.
En esta tarde, mis pequeños, estrecho mi mano de cada uno de vosotros, para darles la bendición y deciros que contéis conmigo en todo momento, porque yo sé y confío en vosotros que contaré con vosotros.
Os amo mis pequeños, id en la Paz del Señor y recordad que yo estoy en medio de vosotros y mi Hijo os espera a cada uno de vosotros en su Reino.
Shalom
Mensaje de la Santísima Madre, entregado el 21 de Julio de 2011
Hijitos míos de mi Corazón, hoy doy la bienvenida a cada uno de vosotros a este Santuario. Nuevamente nos reunimos en este pequeño Santuario y como Mamá os doy una bienvenida y os estrecho a cada uno de vosotros hacia mi Corazón.
Pequeñitos míos, dad gracias a Dios por permitirme una vez más estar aquí en medio de vosotros. Muchas veces he pedido al Padre Dios que se prolongue el tiempo para poder estar en medio de vosotros.
Pero hijitos, el tiempo está demasiado rápido y así están pasando los días y así cuando llega el 21 me preocupo para ver que va quedando poco tiempo para estar en medio de vosotros.
Hijitos, pero la Gracia Divina es que vosotros vais a recibir muy pronto la venida de mi Hijo, que Él es el más importante para vosotros.
Él es todo, Él os da la vida, os da los momentos de alegría y bueno, también requiere de vosotros las tristezas y las penas.
Hijitos de mi Corazón, apurad, apurad la causa os digo, por el hecho de que mi Hijo Jesús está pronta su venida.
Orad mucho por Chile, pero os pido que oréis para que todos estos enredos que hay en esta tierra se puedan ir desatando y solo la oración puede desatar todas estas ataduras que tiene este país, porque los jóvenes están siendo azuzados por el demonio.
También vosotros sabéis que yo os pedí que cuidaras a vuestros hijos, que le dierais la educación que debéis de dar, compartid más tiempo con ellos, porque así los hijos pueden salir con una buena semilla, hablarles de Dios, ir trabajando en sus corazones para que ellos vayan creciendo en el camino de esto que es el amor y el compartir el deseo de vivir en Gracia de Dios.
Hijitos, vuestra venida a este mundo no ha sido una casualidad, sino que el Señor os ha escogido a todos vosotros y al mundo entero, para algo muy importante. Dentro de vosotros deben hacer cosas maravillosas y cuando aún más Dios está en vuestros corazones él actúa indirectamente para todos los suyos, y aquellos que no encuentran aún el camino de la luz.
Ayudadme, ayudadme a seguir y rescatar más almas de este mundo.
Haced cuenta, mis pequeños que el tiempo que se viene es ya mañana. Apuraos, necesito más almas para el redil de mi Hijo. Recordad, que el tiempo del Señor no es el mismo tiempo de vosotros, pero como os dais cuenta los tiempos se han ido cambiando y han ido con una velocidad inmensa que muchas veces no os dais cuenta en la fecha que estáis.
Hijitos míos, como Mamá de todo el mundo, como Mamá vuestra, os pido de todo Corazón, esta noche, en estos momentos cerrando vuestros ojos hagáis las peticiones que queréis que yo porte hacia el Padre Dios. Entended que yo soy la portadora de vuestras necesidades, también para que el Padre Dios pueda ayudaros a salir adelante en este tiempo.
Hijitos, vosotros sabéis que mi Hijo nada me niega, pero muchas veces él también espera que vosotros deis un poco más, y un poco más y un poco más de todo lo que podéis dar para Dios.
Recordad, que al darle todo el amor y el espacio y el tiempo a Dios, Dios lo tomará en cuenta y ayudará a vosotros a salir adelante.
Recordad que vuestros secretos entre el Señor y entre nosotros quedarán siempre firmados con un gran beso y con un gran amor que Dios estima para vosotros.
Os doy la bendición para vuestra familia, vuestros hijos, vuestras esposas y vuestros esposos.
Id en la paz del Señor y recordad que yo conozco a toda vuestra familia y conozco todas vuestras necesidades, pedid en esta noche para yo ser portadora de esas necesidades al Padre Dios.
En esta noche os bendigo y os doy una gran bendición a mis religiosas y mis religiosos y orad por la Santa Eucaristía para que se mantenga firme en las manos de los Sacerdotes y de los hijos consagrados.
Orad, Orad. Inclinad vuestras cabezas en esta noche y os doy la bendición.
Id en la paz del Señor y recordad que Yo estoy con vosotros.
Shalom
Mensaje de Nuestro Señor Jesús, entregado el 21 de Agosto de2011
Alabado, dice el Señor
Hoy Hijos, me presento ante vosotros para deciros con gran sentimiento y con gran amor que mi Corazón de Hijo y hermano que soy de vosotros, el Padre me ha permitido venir en medio de vosotros, para reafirmar aún más los mensajes de mi Madre, que ha traído a este mundo.
Hijitos, quiero deciros que en este tiempo que estáis viviendo, son los tiempos que se han vaticinado hace muchos años atrás en tantos mensajes que se han entregado en el mundo entero. Pero, no quiero asustaros, sino que simplemente entregar una fortaleza y una paz en vuestros corazones por vuestras inquietudes que tenéis por el acabamiento de este mundo.
Pero quiero deciros que no se acabará este mundo. Quiero deciros que vendrán nuevas vidas. Vuestra fe y vuestro espíritu, serán renovados para aquellos que tengan el corazón verdaderamente abierto y entregado a Dios. Aquellos que hayan reconocido verdaderamente sus defectos, sus debilidades, para aquellos vendrá la esperanza nuevamente. No entendéis que mi Padre Dios nunca va a destruir el mundo, porque Él lo creó con amor y con gran sentimiento que Él tiene por vuestra humanidad.
Sois los hijos que El estableció para que crecieran en este mundo. Pero, muchos de vosotros habéis dejado de lado lo que es el verdadero sentimiento hacia mi Padre. No reconocéis verdaderamente a mi Madre, como la Madre de este Hombre que está aquí en medio de vosotros para estar compartiendo. Me da pena muchas veces que ponéis en duda, hasta en el momento que estoy en la Santa Eucaristía. Todos esos dolores han sido llevados hacia el Padre.
Y aún más os digo: Yo vivo cada momento en vosotros, Yo vivo cuando vosotros estáis viviendo dolores y sufrimientos, he ahí donde mi Corazón nuevamente está sufriendo con vosotros. No soy vuestro hermano que olvida, no soy vuestro Padre que olvida, porque Yo estoy con vosotros. Vosotros sois los que os alejáis de mí y de mi Padre, en el pequeño dolor o sufrimiento que tenéis, os apartáis de la verdadera fe.
¿Será fe verdadera la que tenéis, cuando ocurren tantos dolores y sufrimientos?
Muchos de vosotros no podréis ser instrumentos, si no tenéis la fuerza y la osadía de poder defender la palabra de Dios.
La fortaleza de Dios, que mi Padre os envía día a día a través de la Santa Eucaristía, es lo que os podrá llevar a una gran lucha en este tiempo de dificultades.
Todo lo que estáis viviendo en estos momentos yo os avisé hace muchos años atrás, que cuando cayera la gran nación y no tuviera cómo poder sostenerse y vivir, la gran nación arrasará tanto financiera, como también mundialmente, caeréis todos vosotros.
Hijos, mi Madre dijo: América, América, porque me has abandonado, pues bien, Estados Unidos nunca ha reconocido verdaderamente a mi Madre. Nunca han reconocido verdaderamente la posición que Yo tengo en medio de la Iglesia. Pues bien, Yo avisé en el año 1997, en un encuentro aquí, cuando dije que Estados Unidos caerá y con eso caerán todos los países del tercer mundo y están siendo arrastrados.
No es tiempo de atesorar las cosas, sino el tiempo de crecer en amor y en espíritu.
Orad por la gran nación, orad por vuestros hermanos, por vuestros familiares y por vuestros enemigos. Entregad amor y dad amor.
La maldad llega dentro de la familia y muchos de vosotros tenéis grandes enemigos dentro de la familia. Pero, no temáis, porque llegará el momento que Dios hará justicia y esos dolores y sufrimientos que habéis padecido, Dios todo lo cobra.
Recordad, que vuestro diario de vida que tenéis en este camino Dios lo lee todos los días.
Recapacitad, perdonad, vivid y seréis generosos en amor y en abundancia de paz, porque Dios así os dará en el momento que vosotros estéis en la Gracia de Dios.
Hijitos, no temáis por los acontecimientos, preparaos sí, estar en Gracia de Dios y recordad que vienen más acontecimientos.
Estad atentos a las señales, porque ya se han ido dando, desde el momento que os dije el año pasado que comenzaba a haber un gran cambio en este mundo.
Recordad, que Dios os ama y quiere salvar a muchos de vosotros y ojalá salvar a todos, pero muchos hasta el último minuto no creerán los acontecimientos que están viviendo.
Orad, orad, orad por los sacerdotes y por mis religiosas, porque en este cambio y en este mundo estará toda revuelta la fe. Si vosotros tenéis la fe firme me ayudareis a mantener la pequeña Iglesia que se levantará con grandes ramas donde podrán crecer y ser firmes nuevamente en la fe.
Orad por las vocaciones sacerdotales y religiosas, porque vendrá la gran persecución, también a la Iglesia y muchos desertarán.
Hijos míos, en esta noche os doy una gran bendición y os digo que atendáis el llamado de la Madre, porque mi Madre me pide constantemente que detenga la mano del Padre que está rebalsándose el vaso de las tristezas y de dolor.
Os amo mis pequeños, id en la paz del Señor y sean firmes en la fe.
Sean fieles a la Palabra y a lo que vosotros predicáis.
Recordad que no es tiempo de invertir. Inviertan en vuestro espíritu.
Crezcan en la esperanza y sean bondadosos y generosos, porque nada de esto os llevareis, simplemente vuestra fe y vuestra alma limpia al gran sendero del amor, de la esperanza que es Dios
Shalom
Mensaje de la Santísima Madre, entregado el 21 de Septiembre del 2011
Hijitos de mi Corazón, os doy la bienvenida al pequeño Santuario, quiero dar las gracias por estar aquí presentes nuevamente acompañando a mi pequeña en este día muy especial, día 21.
¿Porqué, os digo muy especial?, porque en este mes solamente nos veremos este día hasta el próximo 21 de Octubre. El cielo requiere más tiempo para preparar varias cosas, para ayudar a la humanidad, en este tiempo que estáis viviendo con tantos dolores y sufrimientos y que estáis padeciendo cada uno de vosotros vuestras cruces.
Hijitos, siempre he dicho las cosas como el Padre Dios me ha encargado en este mundo y en todo momento. Como deciros también que muchas veces os advertí que muchos de vosotros debíais ser perseguidos, pues todo se ha cumplido y tiene que cumplirse hasta el final cuando el Señor diga basta, hasta ahí llegará.
Recordad, que muchas veces con vuestros sufrimientos ayudáis a salvar muchas almas, como os dije, el Señor necesita almas víctimas y muchos de vosotros en estos instantes sois almas víctimas.
Ayudad a mi Iglesia a través de vuestros sufrimientos, pero muy pronto saldrá la verdad y nuevamente volverán a ser mis hijos consagrados y los hijos adorados de mi Hijo Jesús.
En estos momentos mis pequeños, la humanidad está viviendo caos enormes y también caos espirituales y terrenales. Vuestra naturaleza se ha puesto muy brava en este tiempo y se irá colocando aún más. Yo os dije que los acontecimientos que iban a suceder comenzaron ya a principio de este año, que muchos van a padecer en grandes catástrofes y así ha sido. Recordad, que el cielo no se equivoca, son los hombres de la humanidad que se equivocan. Por eso mi Padre Dios me envía a vosotros para advertiros de todos los acontecimientos para que vosotros estéis preparados tanto en lo espiritual como en lo anímico.
Hijitos míos, sin la fe no podéis caminar así tan duro como se está viviendo en la Humanidad. Tengan mucha fe, mucho amor para el prójimo y mucho amor al enemigo, porque al enemigo se combate con el amor.
Hijitos míos, la misericordia del Padre es muy grande y a través de vuestros sufrimientos estáis salvando muchas almas en el mundo. Por los pecadores que nuevamente vuelven a pecar y vuelven a pecar sin tener conciencia verdadera que Dios también puede llegar a cansarse. Así como vosotros os cansáis, el Padre Dios también puede llegar a cansarse. Mi Hijo aún sostiene el Cáliz al Padre que está a punto de rebalsarse. No esperéis que se rebalse para volver y creer en Dios. Basta mis pequeños, este es el tiempo que os quiero enteros y agradecidos ante la presencia divina de Nuestro Señor.
Ámense el uno al otro. Sed caritativos, sed verdaderos hermanos en la fe, porque así ese amor tan grande podrá salvar la humanidad. Os ruego pedir por las santas vocaciones. No olvidéis que este último tiempo muchos jóvenes se perderán, pero el cielo quiere rescatarlos para formar la nueva Jerusalén. Oren por los jóvenes, oren por los niños, porque de ellos será la futura Jerusalén.
Hijitos de mi Corazón, en esta tarde os digo que a muchos se les solucionarán los problemas. Así, los grandes dolores y sufrimientos ya irán pasando y quedando en el olvido.
Os amo mis pequeños, Id en la paz del Señor.
Rogad y rogad a Dios para que todos vosotros podáis mantener esa fe firme.
Os amo mis pequeños, os espero.
Shalom
Mensaje de la Santísima Madre, entregado el 21 de Octubre del 2011
Hijitos de mi Corazón, hoy os doy la bienvenida aquí en mi pequeña casita en vuestra tierra. Hoy mi Corazón de Madre os quiere dar un gran abrazo, estrecharos de Corazón a corazón por estar aquí y por hacer el gran esfuerzo por acompañarme.
Hijitos míos, vosotros estáis viviendo momentos difíciles, tanto espirituales, como también personales. Pero, quiero deciros que esto pasará.
Pero un gran consejo, cuidad vuestra fe, acrecentad cada día más vuestra fe y para poder tener fe deberéis de orar, orar, orar.
Penitencia y sacrificios para poder ir avanzando en este camino con arduas espinas que hay en todo momento, pero quiero deciros que no sois abandonados, sino que muchos de vosotros nos abandonan a nosotros.
Hijitos míos, el camino de la Santidad es con sufrimientos, agonías y muchos dolores, pero si queréis ser santos debéis de esforzaros en este camino y aferraos a la oración.
Recordad, que cuando mi Hijo estaba caminando en la tierra, la oración y la entrega completa pudo a ayudar a Jesús a seguir hasta el calvario.
Pues, eso debéis hacer mis pequeños, avanzad y caminad hacia los brazos de Jesús con una fidelidad entera y para lograrlo debéis de abandonaros completamente, porque la Voluntad de Dios debe prevalecer en vuestros corazones; siendo vosotros la nada misma, pequeños completamente, he ahí donde verdaderamente Dios actuará en medio de vosotros y en vuestros corazones.
Jesús es Luz y vosotros también sois luces para este mundo, sobretodo mis hijas consagradas y consagrados que hay en el mundo entero.
Este es el tiempo mis pequeños, en que la maldad va creciendo con pasos gigantescos, para derribar la Iglesia y poner en duda todo lo que viene de Dios, porque el demonio es tan sagaz que conoce vuestras debilidades y es ahí donde él va a actuar.
Pero, os digo a mis consagrados, tened fortaleza, tened fe y sobretodo fidelidad a mi Hijo, porque Él, Él es todo y Él podrá salvaros a cada uno de vosotros.
Sed ejemplo para vuestros hermanos y manteneos firmes, porque la persecución para la Iglesia recién comienza.
Oración, oración y a mis hijos que estáis aquí presentes solamente os pido que oréis por mis consagrados en todo momento.
Vosotros debéis de perdonar al enemigo, perdonar a aquel que te hace daño, porque el Señor, mi Hijo, en la tierra dijo: “amar al enemigo, entregar amor y paz”. Esas son las palabras que mi Hijo entregó siempre cuando evangelizaba en la tierra de Jerusalén.
Hijitos, sed como Jesús, sed como luz, para que vuestros hermanos que están en el camino de las tinieblas puedan encontrar el camino del Señor. Con el ejemplo, vosotros debéis ayudar a salir adelante a esas almas que aún viven en la oscuridad.
Visitad a mi Hijo en el Santísimo, lo necesita y vosotros también lo necesitáis a Él. Sin Dios no vais a poder caminar y llegar al camino de la Santidad.
Como Mamá os digo, que no existe más amor en el mundo como el que entrega el Padre Dios a vosotros y vosotros debéis de corresponder ese amor en una entrega fraternal, una entrega de hijo a Padre y Él es tan generoso que aún espera y confía en sus hijos que llegarán muchos al camino. Él desea que se salven todas sus almas y todos alcancen a llegar al Reino de los Cielos.
No teman, no teman por los temblores o por todos los acontecimientos que escuchéis. Los que tienen fe, Dios los salvará.
Os amo mis pequeños, en esta noche os doy una bendición especial.
Inclinad vuestras cabezas: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Que el Señor os acompañe y os doy gracias a todos vosotros por vuestra presencia.
Shalom
Mensaje de la Santísima Madre, entregado el 21 de Noviembre de 2011
Hijitos, hoy os doy la bienvenida al Santuario, esta es mi casa, para que estéis… con todas las gracias y bendiciones.
Quiero deciros, mis pequeños, que debéis de orar mucho por Europa y América. El Corazón de mi Hijo está agobiado y cada día más por la maldad de los corazones de este mundo.
Las penitencias son muy pocas y las oraciones muy pocas. El compromiso de oración se ha ido esfumando desde hace mucho tiempo, no hay verdaderamente compromiso, necesito verdaderos compromisos.
Hijitos, quiero deciros que en este camino de fe, no hay nada más que simplemente la humildad y la caridad y deben reinar en vuestros corazones.
En este tiempo, se avecinan grandes acontecimientos. Quiero aclararos que necesito verdaderos gladiadores, verdaderos soldados de la fe para poder llevar esta gran batalla en perjuicio del gran adversario que está dañando los corazones de los jóvenes inocentes de este mundo.
Necesito que fortalezcáis las oraciones en familia. Que haya un compromiso en familia. Vuestros hijos serán la futura Jerusalén y si no hay compromiso no va haber verdadera paz en este tiempo.
Yo como Mamá os pido de Corazón que miréis y cuidéis vuestros hijos. Averiguad dónde andan vuestros hijos. Recordad, que el demonio es tan sagaz que hace uso de su mente para llevar atrocidades en este tiempo.
Quiero valientes soldados, defended vuestra fe porque así quiere el Cielo, que vuestra fe esté firme y sigáis adelante con un verdadero camino de amor y de paz, para llegar así al redil de mi Hijo.
Normalmente quiero que vosotros estéis preparados para todo lo que vendrá y así debéis estar preparados.
Hijitos, la verdadera venida de este tiempo, en este mundo es para prepararos para todo lo que vendrá.
La venida de mi Hijo está muy cerca y viene con una gran firmeza para poder sostener aquellos hijos que van a estar en este tiempo.
Haced caso, seguid orando, seguid trabajando para que haya más conversiones en este mundo. Recordad, que la oración sostiene a mis hijos religiosos, sacerdotes y religiosas. No olvidéis que la caridad con una oración podéis ayudar a muchas almas.
Mi Corazón de Madre pendiente está de cada uno de vosotros y veo la necesidad, muchas veces, de tener la certeza que Dios se manifiesta.
Sí, vivo está en la Santa Eucaristía y se manifiesta enormemente cuando vosotros estáis verdaderamente conectados con mi Hijo Jesús.
Haced caso mis pequeños, haced caso que lo que el cielo os pide es verdaderamente para llevar a cabo lo que Dios quiere en este mundo.
Orad por los pecadores, orad por los enemigos, porque así orando podréis ganar la gran batalla. Uníos en la oración y pedidle al Espíritu Santo que Él venga rápidamente y sople en todos los corazones de ésta humanidad para que entregue amor y paz.
Cuidad vuestros hijos, atesoradlos, dadles amor a aquel que está desamparado, entregue paz al que está inquieto y al que está adolorido dadle amor y cariño porque así sanará.
Os amo mis pequeños, id en la paz del Señor y recordad, orad por Europa y también por América.
Shalom
Mensaje de la Santísima Madre, entregado el 21 de Diciembre de 2011
Hijitos míos, hoy os doy la bienvenida a cada uno de vosotros por estar aquí en mi pequeño Santuario en esta tarde que es un día especial. Mi corazón de Madre está contenta de veros a cada uno de vosotros que estáis aquí esperando encontrarnos nuevamente.
Hijitos míos, este corazón de Madre os ama y os quiere mucho a cada uno de vosotros.
Quiero deciros, que en este tiempo que habéis estado esperando que pronto se acerca nuevamente el nacimiento de mi Hijo, hoy os quiero decir que quiero que renazca nuevamente en todos vuestros corazones, verdaderamente.
Hace años os dije que la mejor Navidad que podéis pasar es esa que os entreguéis verdaderamente a mi Hijo Jesús junto al pesebre: orando y pidiendo por vuestra familia y tratar de mejorar vuestro comportamiento del día a día.
También, os dije que todos los días de vuestra vida debe ser nacimiento para vivir con Jesús. Para que Jesús vaya renaciendo en vuestros corazones día a día. Que aprendan de Jesús ese amor eterno que Él les brinda día a día. Os ha enseñado que Él es un hombre caritativo y vosotros también debéis de ser caritativos. Deberéis tener la paciencia que tenía Jesús, deberéis de tener la nobleza y la lealtad que tiene mi Hijo Jesús, y vosotros, también deberéis de caminar así, en este camino que estáis viviendo que es vuestra santidad.
A este mundo venís a haceros santos y así espera mi Hijo que todos vosotros lleguéis a ser santos. Vivir en santidad mis pequeños, es vivir con muchas dificultades, pero con amor, obediencia y lealtad, caridad y humildad podéis caminar hacia ese camino que mi Hijo y el Padre desean de vosotros: la Santidad.
Amaos los unos a los otros como dijo mi Hijo y en esta humanidad que está totalmente desapegada a los deseos de mi Hijo, yo como Mamá clamo a vosotros mis hijos convertidos a que sigáis pidiendo por el amor y la paz de la humanidad.
Veo, con dolor y sufrimiento, que las Congregaciones Religiosas se están perdiendo en el tiempo, porque los sacerdotes, muchos han abandonado su sacerdocio porque no ven en las Comunidades una unión, no hay caridad y no está verdaderamente el servicio que se entrega por los….
Mi Iglesia está en crisis y realmente vosotros lo sabéis y lo hemos dicho mucho tiempo atrás. Solo los laicos podrán sostener esta Iglesia y aquellos sacerdotes que trabajan por el amor de Dios, por el hombre, por el pobre y el necesitado y el abandonado, son aquellos que son perseguidos por sus mismos compañeros. Vosotros os dais cuenta que el adversario siempre ha querido hincar el diente en aquellas congregaciones, en los sacerdotes y en religiosas para aumentar, así, la gran deserción de los sacerdotes.
Hijitos, en esta Navidad os pido, que oréis verdaderamente por vuestra Iglesia, que oréis verdaderamente por esa iglesia doméstica que necesitamos que vaya creciendo día a día y que nazcan nuevos frutos, nuevos sacerdocios para al servicio de mi Hijo.
Sin el sacerdocio la humanidad se perderá, porque no encontrará el censo verdaderamente de Dios. Los hombres son débiles y mi Hijo perfectamente conoce vuestras debilidades tanto de sus hijos consagrados como de religiosas y laicos, pero siempre Él os deja a todos vosotros, algo que deben de perfeccionar en este camino.
Perfeccionen sus vidas hijos y que esta navidad sea totalmente diferente a las otras. Vivid para Dios, morid para Dios y trabajar para Dios. Haced cuenta mis pequeños, vosotros que educáis a hijos, que educáis a jóvenes, que también seréis, aquí en el cielo, el Padre Dios os dará, os pedirá la cuenta. Educar bien como debéis de ser: como papás, como profesores, como educadores y como amigos también.
Hijos míos de mi corazón, como atesoro que muchos de vosotros podáis tocarme o verme, pero ya llegará el momento que algún días podréis verme.
Quiero deciros, mis pequeños, que no es tiempo de abandonar el sacerdocio. Necesito jóvenes y personas como vosotros que estáis aquí. Los necesito para seguir y ganar esa gran batalla al adversario que quiere destruir vuestra fe. No lo permitan y a vosotros los laicos os pido oración, oración por los sacerdotes, muchas oraciones porque los tiempos que se avecinan son muy difíciles.
En este tiempo de Adviento os digo: que yo estoy deseosa que nuevamente mi Hijo nazca, pero nazca en corazones que sean generosos y bondadosos, humildes y sencillos para que Él se sienta cómodo y así Él pueda llegar aún más a todo los que a vosotros os rodea. Recordad que a las doce yo estaré ahí en el pesebre dando a luz a un hermoso Niño que os trae la paz, amor…. y vuestra santidad.
Hijitos de mi corazón en esta noche os bendigo y os digo: que os amo y os bendeciré a cada uno de vosotros.
La Señora dice que inclinen vuestras cabezas:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Vayan en la paz del Señor y recuerden que yo estaré a las doce de la noche en vuestros hogares en el momento que nazca Jesús.
Os amo, mis pequeños, visitad a mi Hijo en el Santísimo y recordad que soy vuestra Madre.
Shalom
Mensaje de la Santísima Madre, entregado el 29 de Diciembre de 2011
Hijitos, bienvenidos aquí al Santuario, este Santuario es compartido para muchos de vosotros y para muchos que vendrán.
En este tiempo necesitamos santos lugares para que muchos de mis hijos puedan encontrar la paz y un refugio de amor y de esperanza en tiempos tan difíciles.
Hijitos míos, vosotros sabéis con qué dificultad muchos de vosotros estáis llegando a fines de este año, pero os dije al principio y a comienzos de este año que las cosas iban a ser muy difíciles y muy duras para muchos de vosotros. Pero así es, todo se cumple, tiene su tiempo, su día y su minuto en que el Padre Dios va haciendo toda la obra que Él tiene presupuestada en vosotros.
Hijitos míos, de mi corazón, con qué anhelo vosotros esperáis que muchos de vosotros haya sanación en vuestras familias, sanación de espíritu y sanación física. Cómo quisiera concederles a muchos de vosotros lo que estáis pidiendo en estos momentos; pero eso muchas veces viene con la verdadera conversión que debe de haber en vuestros corazones.
La conversión es fundamental en vuestras vidas, debe ser verdadera y santa, pero muchos de vosotros cuestionáis las cosas de Dios y al poner el momento en duda que Dios existe y que existen los milagros he ahí no se obrará la gracia divina.
Hijitos, entender que Dios es el que mueve vuestros corazones, vuestra vida pero muchos de vosotros no habéis dejado que mi Hijo actúe en vosotros; siempre han puesto vuestra voluntad ante la voluntad de mi Hijo.
En estos tiempos para poder vivir en gracia de Dios debéis de morir en esa voluntad que muchas veces se antepone a la verdadera voluntad de mi Hijo. Él os quiere santos y os quiere conversos verdaderamente en el camino del Señor.
Vosotros estáis en camino y debéis de esforzaros aún más, recordad hijos que en estos tiempos de muchos dolor y sufrimientos las pruebas son aún más fuertes para todos aquellos hijos que van en el camino de la Santidad.
Recordad, que muchas veces os dije ir al Santísimo, acompañar a mi Hijo que está solo. Muchos de vosotros entráis a la Iglesia y sin querer pasáis y dejáis de lado a mi Hijo que está a lo mejor en un lugarcito escondido esperando que muchos de vosotros lo consoléis, pero no lo hacéis y cuando lo tenéis en frente en un momento de……. muchos de vosotros no respetáis verdaderamente el sacramento de la comunión. Recordad mis hijos que en esa pequeña partícula puede estar un pedazo del corazón de mi Hijo Jesús.
Quiero deciros nuevamente que muchas veces os pedí que en el Santuario debéis de ser hijos obedientes, silenciosos porque siempre está la presencia de mi Hijo en ese lugar.
Os digo, la Santa Comunión no debéis de recibirla en vuestras manos, deberéis de recibirla como Dios siempre os pidió. Recordad que en cualquier momento se puede obrar el milagro en la Santa Eucaristía. Ya muchos años atrás se obró un gran milagro, en un pequeño pueblo de Italia, imagínense cuando un sacerdote no tenía nada y no creía en esa pequeña partícula que mi Hijo se manifestaba se le presentó y ella a este instante todavía se conserva el pedazo de carne. Debo de decir que es así. El que tiene fe y tiene la certeza, Dios perfectamente puede manifestarse en la Santa Comunión. Honrar a mi Hijo, honrar al Padre, yo os pido de todo corazón como Madre que este tiempo es el tiempo de refugiaros en la Santa Comunión, porque habrán momentos que no tendréis sacerdote para llevar a cabo y recibir la Santa Comunión.
Hijitos, sed valientes, sed fuertes como gladiadores para poder seguir en este camino.
Orad por vuestros sacerdotes y religiosas. Este es el tiempo que dijo mi Hijo que vendrá la gran persecución en la Iglesia entre sacerdotes contra sacerdotes y religiosas contra religiosas. Todo se está dando, nuestra Iglesia necesita un cambio, pero mucho depende también del cambio que vosotros también tengáis en vuestros corazones. Os quiero humildes, sencillos, caritativos y leales al Señor.
Yo vuestra Madre del Cielo os digo en este día que sencillamente como Mamá me duele ver el abandono total que hacéis a mi Hijo, pero comprendo también que muchas veces las preocupaciones del mundo os tiene atados y separados de esta unión espiritual.
Rezad el rosario en familia. Os pedí mucho tiempo atrás, volver a hacedlo para que vuestros hijos sigan nuevamente este camino que vosotros habéis sembrado para una nueva Jerusalén.
Mirad alrededor de vosotros, porque quiero que cerréis los ojos y contempléis que estáis en este momento en el monte de la Bienaventuranza, estáis rodeados de cerros, los vientos llegan hasta vuestros rostros. Pensad que mi Hijo en este instante está pasando en medio de vosotros y recordad que Él dijo bienaventurados aquellos humildes de corazón y así os digo, Él en este instante me dice “decirles a mis pequeños en la tierra que yo no los abandono, sino que siempre estoy ahí esperando a cada uno de vosotros”.
Hijitos míos os bendigo, especialmente a mis consagrados aquí presentes y os pido fortaleza y compromiso.
Os amo, id en la paz del Señor y recordad que yo siempre me quedo algunos minutos más cuando me despido.
Shalom