Mensaje de la Santísima Madre entregado el 5 de octubre 2019 en Lonquén

¡Ave María Purísima!   ¡Sin Pecado Concebida!

Hijitos, después de un buen tiempo de reposo os he invitado a venir aquí en esta fecha. Realmente han sido meses de arduo dolor y sufrimiento en todas partes del mundo, como os dije a principios de este año… que este año iban a vivir cosas muy fuertes, en este grupo como en muchos lugares del mundo. Mirad como la tierra está con tanto desorden y tanto dolor en tantos corazones, son los avisos que se han dicho y se está cumpliendo día a día, mirad como vuestra tierra está prácticamente ardiendo desde el fondo, habiendo sequías y sufrimientos, tanto sequías terrenales como sequías espirituales, y mirad, como la sed de un moribundo espera encontrar un cariño, una palabra fraterna, como también aquel que se muere de sed por no beber agua. El agua es el Agua Viva que derrama Dios en todos los corazones a vosotros, pero muchos viven en sequía constantemente y qué pueden sacar de eso sino que dolores y sufrimientos y vivir prácticamente apartado del Amor de Dios, ¿qué esperanza os doy en este tiempo? Simplemente os digo, acercaos  a vuestra oración completamente, vivid en silencio y orad constantemente, no nos queda más que luchar por todo lo que creemos y sentimos en nuestros corazones, haced que vuestros corazones se abran a una gran frontera, salid de ahí y fronterizad con aquellos hermanos que de las buenas fronteras de  ellos viven en soledad y disturbios en sus corazones, dad paz en lo esencial, sed amigo de aquel que te cierra las puertas y aquel que batalla, pero os digo, no te pido que te entregues al enemigo, sino que simplemente escuchéis y oréis por él, porque  en algún momento llegarán las conversiones de ellos al Corazón del Padre.

Este es el tiempo difícil, y ha comenzado os dije; recorred vuestro país y veréis que grandes desiertos irán avanzando día a día hasta vuestra tierra, que es donde moran ustedes ahora, emigrarán muchos buscando el agua, el pasto, pero no sabéis que el verdadero pasto lo tenéis en el corazón, la verdadera sequía la vais a producir cuando vosotros estéis viviendo esos desiertos de soledad por mi Hijo Jesús, no dejéis que esos desiertos os derrame y os permita alejaros aún más del Señor, haced que las lágrimas de vuestros corazones broten y así podréis tener la sequía apartada de ese corazón. ¡A llenarla con el amor y la bondad que el Padre Dios os da cada día!. Mirad como el mundo vive, mirad aquellos que creen que tienen todo comprado, pues nada de eso os  llevaréis, sólo aquel que ha vivido en agonía tendrá el Reino de los Cielos y aquel que ha tenido todo en la tierra, será aquel que estará vacío por la eternidad.

Amaos los unos a los otros como dijo mi Hijo, pero amaros, no obvies la palabra que dijo el Señor, amar hasta dar hasta el final, porque ese es el verdadero amor, dar hasta que os duela. Amar es dar sin condiciones, amar es sin retribuirse a sí mismo, sino que amar para que Dios engrandezca  los corazones de cada uno de vosotros.  El Espíritu Santo os llenará de Gracias en todo momento, aquellos que lo invoquen a diario, será ÉL, el que defenderá vuestros hogares y vuestros corazones y el Arcángel San Miguel el que combatirá al gran adversario.

Hoy os digo eternamente, que esta Madre que os ama a todos sus hijos en el mundo entero, a aquellos que también no me aman, mi amor es incondicional, los estrecho igual a mi corazón porque una madre es madre y es para todo el mundo, no haré diferencias, simplemente espero y esperaré tranquilamente para que ellos vengan a mi regazo. Soy la Madre del Universo y la Madre Eterna que quiso Jesús para el mundo entero y por ende como Mamá, me preocupo de cada uno de vosotros y de todo el mundo y el cargo tan principal que me ha encomendado el Padre Dios, es atraer las almas para el redil de mi Hijo.

Sean felices mis ovejas, sean fieles porque el Pastor los espera en ese redil, no decaigan, sigan adelante, la Fe se puede dormir, pero la esperanza de una reconciliación siempre va a estar, porque el Padre Dios es Misericordioso. En esta tarde os bendigo y os digo, que Salvador estará la próxima vez, lo mantendré hasta que lleguen nuevos sacerdotes, recordad que no os dejaré solos y esperaré en vosotros que muchos de vosotros vuelvan con su corazón lleno de Gracia porque el tiempo que se avecina es de agonía y mucho sufrimiento.

Hijitos de mi corazón, en esta tarde os doy un abrazo fraterno para que podáis estrechar a vuestras familias y aquellos que viven en ese desierto constantemente. Os amo, os bendigo y bendigo a todos aquellos que pronto se comprometerán ante Dios como familia, recordad, sino hay Dios en una familia qué familia podréis formar.

Shalom mis pequeños, id en la paz, os espero el próximo mes a la misma hora. Id en la paz del Señor y os doy las gracias por venir aquí a ver a esta Madre que os ama siempre.

Shalom

Miriam