Mensajes año 2008

Mensaje de la Santísima Madre, entregado el 21 de Enero de 2008

J

Mensaje de la Santísima Madre, entregado el 11 de Febrero del 2008

Hijitos míos de mi corazón: “Os digo que nuevamente hoy once, estoy de aniversario puesto que el Cielo está presente en todo el mundo no solo aquí en este lugar”.
Quiero deciros, que en el fondo, la concurrencia que habéis tenido, es porque verdaderamente me tenéis en vuestro corazón.
Hijitos, constantemente estoy pidiendo por vosotros en este camino que tenéis tan adverso, pero quiero deciros, que mi corazón de madre os atesora diariamente para que vuestras necesidades puedan llegar hacia el Padre.
Quiero deciros que, constantemente puede venir el hijo de Dios a este mundo, está muy pronto y quiero que vosotros estéis preparados para que la venida del Señor sea pronto. Vuestros corazones, deben de estar preparados. Vuestras mentes deben de estar muy abiertas.
Quiero deciros también mis pequeños, sobre todo a mis hijos predilectos, que el camino de la salvación está aún en veremos de vuestros corazones. Tantos sacerdotes que han dejado vuestras túnicas pendientes por este mundo. La maldad se ha apoderado en todas partes, en todas las mentes. ¡Qué pena me da! mis pequeños, pero así como os dije en Lourdes, en la Salette y en Fátima, el corazón de mi hijo Jesús, triunfará en el mundo entero.
Por lo tanto, yo soy la madre, yo soy la madre del hijo de Dios y guardaré y seré la gran misionera para salvar a muchas almas en el mundo entero.
Hijitos, sed mis pequeños gladiadores y por eso fieles en este camino. Sed mis pequeños gladiadores para este mundo.
Quiero deciros, que el Cielo se viste de fiesta cuando muchos de vosotros entráis nuevamente al camino.
También, quiero deciros que nuevamente el camino del Señor es con arduas espinas, pero no desfallezcáis, porque el camino que tenéis es vuestra santidad. La santidad se hace con sufrimientos, con dolores y penitencias.
También, tenéis que tener en cuenta, que en el camino del amor, debéis de abrir vuestros corazones y que haya paz y perdón en esos corazones que muchas veces se olvidan de decir perdón.
Yo quiero manifestarme en cada uno de vuestros corazones en este instante. Quiero que mi corazón, se sienta junto a vuestro corazón, en cada uno de vosotros. Quiero llenar vuestros vacíos que haya en esas necesidades.
Quiero sentir en vuestro corazón ese amor de un hijo hacia una madre. Los cobijo y los protejo.
Recordad, que el camino que tenéis y que habéis escogido, no es el más fácil, sino que es con sufrimiento.
Quiero sanar a muchos de vosotros, pero principalmente, quiero deciros, que la sanación, siempre comienza a través del espíritu, para que el cuerpo sane físicamente.
Hijitos, quiero hoy estrecharlos junto a mi corazón, porque así como dije a Bernardita, a Lucia y a Ximena, el camino, debe ser siempre un camino de piedras y tormentos, no hay momentos de alegrías, serán mínimas, pero la satisfacción la tendréis en el cielo. Ese cielo que os espera a cada uno de vosotros en una morada en la casa del Padre, mi hijo principalmente vendrá a buscar a los hijos de esta nueva Jerusalén.
Recordad, que la labor de vosotros hijos predilectos, es ir a alimentar a aquellos hijos que están en el camino equivocado.
Amaos los unos a los otros. Sed fieles a vuestros principios morales y espirituales. No hay tiempo de retroceder. Mirad que el tiempo se avecina y se acorta. Mirad que el tiempo que estáis viviendo, lo está dirigiendo Dios.
Os doy la bienvenida mis pequeños, a este pequeño santuario y feliz me hace al ver que con tanto esfuerzo, lo habéis logrado y deciros, que cada uno que ha aportado, el Señor os agradecerá, porque será un pequeño refugio para vosotros y de vuestras familias.
Bendigo a todos mis hijos aquí presentes por venir en esta tarde.
Aquellos que están pendientes de una respuesta, que muy pronto la tendrán, pero recordad cuando el cielo os ayuda, vosotros deberéis de seguir en el camino.
Pequeñitos, mirad que el cielo esta azul, así quiero que vuestra mente este despejada para que verdaderamente Dios pueda actuar en vuestras mentes.
Os amo mis pequeños, os espero el veintiuno y recordad, que yo soy vuestra madre, vuestra auxiliadora y vuestra madre del consuelo.
Os bendigo en esta tarde y os doy gracias en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.

Shalom.

Shalom mis pequeños.

Miriam

Mensaje de la Santísima Madre, entregado el 21 de Febrero del 2008

Hijitos, en los instantes que vosotros rezabais el Santo Rosario, yo miraba en vuestros corazones y pude percibir, las necesidades de cada uno de los que estáis aquí presentes.
Os quiero decir a muchos de vosotros, que quisiera llevar vuestras peticiones ante el seno del Padre, especialmente, quiero deciros, que cuando uno tiene fe verdadera, Dios, por amor, os dará todas las cosas, porque vuestra fe, es el verdadero sentimiento y así tendréis la certeza que Dios obrará en vosotros.
Hace mucho tiempo que os vengo diciendo en el mundo entero, que cuando uno necesita a Dios, deberéis de recurrir a Èl y llamarlo. Él siempre está dispuesto a escuchar a cada uno de vosotros en esos instantes donde aún hay más debilidades.
Me remonto a los tiempos en que San José estaba con nosotros, cuando Jesús tenía diecisiete años y en ese tiempo, el demonio actuaba duramente en nuestra familia, porque él quería destruir la santidad de San José, como el padre que Dios había dado a Jesús en la tierra. Él, fuerte y constantemente oraba, pero el demonio acechaba diariamente hostigando su pensamiento y tratando de sacarlo de su oración.
Os digo esto, porque el demonio está ahí actuando en las familias y así como lo hizo en nuestra santa familia, con mayor razón está en vuestros hogares usando artimañas para causar verdaderas separaciones entre los hijos que han formado la iglesia doméstica.
Por eso mis hijos, os he dicho tanto, que mientras estéis unidos haced oración y orad, porque así podréis ganar la gran batalla.
Mi amado esposo San José, siempre era perturbado, pero él siempre aclamaba al cielo y los ángeles venían en su auxilio y así podía espantar al adversario.
Así os digo: “Vosotros, deberéis de espantarlo con vuestra oración y con vuestros sacramentos al día”.
Solicito a cada uno de vosotros, que cada vez que estéis en gracia de Dios, no olvidéis que es ahí donde el demonio actuará en medio de vosotros.
Luchad siempre. ¿Pero, con que arma podéis luchar contra Satanás?
Sino que es con vuestra oración y con vuestra penitencia. Haced las penitencias que Dios os pide, como vosotros podéis ofrecer. No hay molde para las penitencias, sino que cada uno sabe lo que puede ofrecer a Dios.
Y así, sabréis obtener muchas gracias, gracias para vuestra familia y gracias personales.
Quiero entregar a cada uno de vosotros este corazón de madre y vosotros llevadlos a vuestros hijos.
Quiero agradecer a todos vosotros por vuestra convocatoria en este día.
Como mamá os miro a cada uno como hijos.
Quiero deciros: “Que los tiempos se han puesto difíciles, irán creciendo con grandes dificultades, pero quiero que estéis seguros, que yo estaré en medio de vosotros en todo momento”.
Mi hijo Jesús os mira constantemente, Él, mira vuestros hogares y vuestras almas. Él, os protegerá y os guiará. Sed militantes del amor y de la paz en este mundo que vive alterado.
Respetaros el uno al otro. Haced que los matrimonios sean el uno para el otro y no dejar que el demonio actúe en vuestras bocas. Con tristeza, veo que muchas veces hasta la pequeña ha sido latigada con malas palabras.
Pues bien, así como Jesús también fue lastimado. Así muchos de vosotros sois lastimados, pero poner amor, poner paz y bendecir aquellas bocas que te hablan o te faltan el respeto. Bendecid aquellas bocas que simplemente no miran, ni escuchan, sino que es el demonio que actúa en cada uno de ellos.
Hijitos de mi corazón, atended mi llamado. Os suplico, estad en gracia de Dios.
Nuevamente os pido, porque el sacramento es fundamental en vuestras vidas, es el alimento de vida eterna y de salvación. Cuando vosotros estáis en unión con el Hijo de Dios, no sabéis que el cielo os festeja a cada uno. Que hermoso seria que vosotros pudierais estar mirando lo que el mundo hace desde aquí, los que están en gracia de Dios y los que no están en gracia de Dios, porque así me ayudarían aún más a orar por aquellos que vagan por el mundo sin el amor de Jesús.
Jesús sacramentado, os pide nuevamente la consagración a todos los matrimonios en el mundo entero, porque así podréis salvar a los pequeños y a la juventud que será la futura Jerusalén.
Soy vuestra madre y vuestra madre del consuelo y vengo a vosotros por pedido del Padre y del Hijo y quiero morar en vuestros corazones y diariamente quiero ser invitada por vuestras acciones del día. Invitadme mis pequeños, cuando tengáis que ir a laborar. Invitadme cuando tengáis que ir de compras, que mejor que yo, que pueda ayudaros y despejar vuestras dudas.
“Vivid en la abundancia y en el amor divino es tener la gracia y la santidad en esta tierra”. Así deberéis de ser mis pequeños, sed obedientes y santos para que así podáis gozar los privilegios aquí en el cielo. Las puertas son inmensas y las habitaciones son grandes y hay muchas para poder esperar a muchos de vosotros.
Por eso, este es el tiempo que vosotros tenéis que seguir caminando arduamente por caminos de espinas que Jesús ha puesto para probar vuestra fe. ¿Vosotros escogisteis estar al lado de Jesús? Pues bien, la cruz es aún más pesada mis pequeños, pero al final, os encontrareis con Jesús que os ayudará y os levantará y os guiará por el sendero del amor y de la esperanza. No desfallezcáis. Seguid adelante, porque los sacrificios que hacéis serán recompensados, mis pequeños. Todo será recompensado en la otra vida, para que vosotros así podáis vivir en la dicha eterna.
Os digo, Salvador, que todo será un éxito con la venida del padre Gobbi.
Pero, os digo, que cuando él venga, deberéis de ser fiel y obediente en todo y recuerda que yo soy vuestra Madre y yo estoy contigo y así decidle a todos mis hijos predilectos, que sin mi corazón, no habrá triunfo en el corazón de todos los sacerdotes en el mundo entero. Muchos de mis hijos predilectos, me ignoran o me dejan a un lado simplemente. Pero, quiero deciros, que no por eso os dejo de amar a cada uno de ellos, aún aumento mis oraciones por cada hijo predilecto en el mundo para que sean santos sacerdotes y santos y dignos con la palabra de mi hijo.
A mis hijas consagradas siempre he dicho que la oración y la contemplación ante mi Hijo, debe ser eterna y perfecta, debe ser abierta y divina para que mi Hijo se sienta feliz en esos corazones tan humildes.
La señora dice: “Que levanten el bolso de rosarios. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. La señora dice, que estos rosarios llevarán la paz y el amor misericordioso a todos esos corazones ecuatorianos”.
Id en la paz y el amor, porque yo estaré en medio de vosotros en el día que os escogí para Guayaquil.
Quiero deciros, que el día veintiuno de marzo, todo deberéis de llevar una vela blanca. Portadla, para que me acompañéis en ese día viernes, en una oración y en un peregrinaje de adoración a mi Hijo crucificado.
Pequeños míos, hoy me despido, porque he venido como la madre del consuelo y quiero consolar a todos aquellos enfermos y a todos aquellos que necesitan que los ayude en el diario vivir.
Vayan en paz, porque el amor de Dios es grande y fraternal y derramaré en vuestros hogares toda la alegría.

Shalom.

Miriam

Mensaje de la Santísima Madre, entregado el 21 de Marzo del 2008

Hijitos, gracias por venir en un día tan especial y os agradezco por vuestra concurrencia.
Pues, creo que vosotros estáis aquí presentes por el amor que tenéis al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Mi corazón se ha acongojado durante estos días de Semana Santa.
Vosotros sabéis que mi corazón de madre derramó muchas lágrimas, como también derramó mucho amor en el mundo. Pero, lo más hermoso fue haber traído a mi Hijo con vosotros y por el amor de Dios que él es os salvará de vuestros pecados.
Cada vez que se acerca Semana Santa muchos de vosotros os preocupáis de tantas cosas mundanas. Pero, al final quedan los que verdaderamente quieren vivir la semana en recogimiento y con el amor de Dios.
Yo felicito aquellos padres y aquellos hermanos que ciertamente han entregado y han hecho durante esta Semana Santa un austero día de recogimiento. Así os quiero pequeños, que estéis consagrados a mi Hijo y que en todo momento estéis unidos. No solamente en los momentos en que mi Hijo ha sido clavado, sino en todos los momentos.
Pues bien, mi Hijo siempre es clavado en la cruz cuando vosotros en el mundo entero pecáis con mucha crueldad. Al matar a un ser humano, al matar a los niños, al abandonar a los seres queridos y por ir a descansar o a gozar en días que debéis vivir con Dios.
Quiero deciros que fundamentalmente en el último tiempo mi Hijo Jesús esta en medio de vosotros sintiendo vuestros dolores y asistiéndolos a cada uno de vosotros. Dios es el único que quita la vida mis pequeños y no es el hombre.
Pues, quiero deciros que aquel que parta primero por mano de un hombre sufrirá doblemente mi corazón de madre y el corazón de mi Hijo Jesús.
Vosotros deberéis de orar por aquellas almas que muchas veces están en sufrimiento y en agonía. Vuestra oración es la única salvación que tenéis y por la oración tendréis la certeza de fe. Él que quiere ser santo debe de creer y tener la certeza que Dios es el que verdaderamente rige vuestras vidas.
Sed dóciles mis pequeños, sed humildes y pequeñitos para que la gracia de Dios actúe en medio de vosotros.
Este es el tiempo que quiere mi Hijo que hayan reconciliaciones, que exista el tiempo del perdón y es tiempo mis pequeños, que abráis vuestros corazones, porque el tiempo se acorta cada día más.
Sed pacientes con los que no lo son con vosotros. Rogad para que el Espíritu Santo os rodee de paciencia y de tranquilidad. Pedid al Espíritu Santo todo el amor en aquellos corazones que no sienten amor.
Quiero que este día sea un pacto de amor donde mi Hijo entregó su amor y derramó amor por todos vosotros y lo sigue haciendo en el mundo entero.
Quiero estrechar mi corazón angustiado, triste y doloroso, porque cada vez que yo revivo la muerte de mi Hijo nuevamente mi corazón se acongoja y siente duramente la cruda realidad en la cual mi Hijo padeció bajo las manos de un hombre.
Hijitos, amar verdaderamente al Hijo de Dios.
Os pido ir a la santa eucaristía, haced que la santa eucaristía sea para vosotros una verdadera conversión en vuestro corazón. Será el alimento diario que tendréis en todo este tiempo, porque llegarán momentos de escasez y es ahí donde podréis refugiaros, porque mi Hijo os dará el pan. Os dará la vida a través de la santa comunión.
Sed fieles mis pequeños.
Orad por mis hijos consagrados y las religiosas en el mundo entero que tanta falta les hacen vuestras oraciones.
Por buscar la perfección de ellos, muchos han quedado en el camino. Pero, os pido que a través de vuestras oraciones que me ayudéis a salvarlos. Hijos consagrados de mi corazón inmaculado debéis de orar y ayudarme para salvar aquellas almas que simplemente están aquí para guiarnos.
Son los representantes de mi Hijo, por lo tanto a ellos Dios los juzgará el doble y el triple. Por eso os digo no deberéis de juzgarlos, sino que simplemente deberéis de orar por esas almas.
Hijitos, esa luz que tenéis encendida es la llama que Dios os envía de una luz y un nuevo amanecer en estos tiempos difíciles. Esa llama que tendréis y la llevareis es la luz que alumbrará vuestro camino y vuestro hogar.
No es tiempo de retroceder, aferraos a la oración y a vuestros sacramentos.
Os amo a cada uno y sé cuán difícil son vuestros días en este mundo.
La felicidad la tendréis en el cielo y aquí en la tierra tendréis muy poca, pero ese es el camino de la santidad.
Pequeñitos, inclinad vuestras cabezas, hoy en esta noche os bendigo y les doy las gracias al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo por estar en medio de vosotros.
Recordad que la resurrección de Dios es infinita y por lo tanto él vivirá siempre en vosotros.
Alegraos porque Jesús nuevamente resucitará por siempre.
Os amo mis pequeños, os veré muy pronto.

Shalom.

Miriam

Mensaje de la Santísima Madre, entregado el 21 de Abril del 2008

Hoy mi corazón se entristece de ver muchos corazones en el mundo que están perdiendo la fe cada día. Incluso, hasta mis pequeños sacerdotes en el mundo entero. Quiero deciros que el tiempo como ha ido cambiando, a también cambiado en vuestros corazones. A entrado la frialdad en la fe en aquellos corazones que especialmente creían en Dios. Pero, fielmente os digo: “A cada uno de vosotros que vuestras oraciones que diariamente pedís por los sacerdotes y religiosas el cielo las recoge y enmienda muchas cosas que mis hijos han dejado en el camino”. Pero, así como mis hijos predilectos, también mis hijos comprometidos que son los laicos a ellos os digo: “Que finalmente llegará un momento en que vosotros levantaréis la iglesia”. Vosotros seréis los pilares de la futura iglesia y siempre os he dicho que vuestros hijos serán la Jerusalén prometida. También mis pequeños, no puedo asegurarles que tendrán la felicidad, ni la dicha completa. Pero, la recompensa será en el cielo y todo esfuerzo y esmero que hagáis servirá para que podáis morar en la casa del Padre. Así como vosotros decís que amáis el corazón de mi Hijo os digo: “Amar a Dios por sobre todas las cosas y por ende adorarlo constantemente”. El Espíritu Santo está en medio de vosotros, está caminando, está sintiéndose en vuestros corazones. Porque este es el tiempo mis pequeños, en que vosotros estáis viviendo apresuradamente una agonía espiritual.
Necesito que vuestras vasijas se vayan llenando de ese amor eterno que entrega el Espíritu Santo para que acreciente aún más vuestra fe. Vuestros problemas irán sanando siempre y cuando vuestra fe este firme, por la fe os sanareis, por la fe tendréis derecho a vivir y morar en la casa del Padre.
Hijitos, haced penitencia he pedido siempre. Muchos de vosotros no entendéis la palabra penitencia. Quiero que ofrezcáis penitencia para que muchos sacerdotes vuelvan a encontrar el camino hacia el Padre. Mi Hijo Jesús entrego todo su amor por vosotros y ¿Vosotros que entregáis a mi Hijo? Espero que vosotros deis al menos una gotita de amor y de caridad a aquel hijo que fue entregado por los hombres y Él se inmolo por vosotros.
Hijitos de mi corazón, como atesoro de abrazarlos a cada uno de vosotros para poder deciros que yo estoy con vosotros, en cada instante, en cada momento. Si vosotros supierais como este corazón de madre os ama inmensamente a cada uno.
Derramaré en vuestros corazones toda la paz y la bondad que el Padre Dios os manda a través de mis mensajes en el mundo entero.
Quiero tomarlos de la mano y guiarlos por el sendero que han escogido que es el camino del amor y de la esperanza. Pero, os digo: “Si tenéis fe y tenéis esperanza vas a tener verdaderamente la salvación al frente de vosotros”. Las puertas se abrirán de par en par en este caminar y muchos de vosotros tendrán que partir antes que otros. Yo os prometo que cada uno de vosotros que estáis comprometidos con el cielo os recogeré el primer sábado de cada mes para llevarlos al seno del Padre. Os prometo daros una muerte hermosa en un sueño mis pequeños, porque así podréis alcanzar la dicha para estar en el reino de los cielos. En ningún momento dejo a mis hijos abandonados, sino que vosotros nos abandonáis a nosotros. Luchad, luchad por vuestros valores, luchad por vuestra fe. Necesito verdaderos gladiadores en este camino. Hijitos, no perdáis la esperanza, porque mi Hijo esta pronto a hacerse presente en cuerpo y alma. Recordad, que el amor es hermoso.
Recordad, cuando Dios os ama os da por entero. Vosotros así deberéis daros al corazón de Jesús por entero. Vivid en armonía, vivid en la esperanza y en la paciencia, porque así
podréis lograr vuestra santidad.
Hijitos, os pido reparación, mucha reparación en el mundo entero, porque la maldad dañara a muchas imágenes. No os preocupéis, porque mi alma está intacta, pero si os digo: “La maldad se ha apoderado, el demonio en las mentes más débiles para actuar en el mundo entero”. Estad atentos y alertas. Quiero deciros a mis pequeños, que por la salud que tenéis a algunos os llamaré y a otros mi Hijo os sanará. Pero, quiero que comprendáis que solo Dios puede dar la sanación, pero siempre y cuando tengáis vuestra fe firme y seáis claros en el camino del Señor. Confesarse es esencial para que actúe el Espíritu Santo. Comulgar es esencial para que haya sanación. Os digo: “Acercaos a vuestros santos santuarios y tendréis muchas gracias”. Os amo mis pequeños y recordad que en cada instante estoy en vosotros, estoy en las dificultades y en las alegrías. Soy la madre del consuelo y de la esperanza que en esta noche he venido a abrazaros con este corazón de madre. Os amo mis pequeños. Sed valientes y defended vuestra fe como os pide el Padre Dios. Inclinad vuestras cabezas, os bendigo en esta noche a cada uno y os envío este amor de madre a vuestras familias.

Shalom mis pequeños.

Shalom

Miriam

Mensaje de la Santísima Madre, entregado el 21 de Mayo de 2008

Pequeñitos, hoy os doy la bienvenida aquí en mi pequeña casa.
Os digo: “Vuestro caminar continuamente ha sido arduo y con muchos dolores y sacrificios.”
En estos días mi corazón de madre tiembla al ver tantos dolores y sufrimientos en tantos corazones del mundo entero.
Vosotros sabéis que el tiempo se ha ido acortando y yo he venido a este mundo para prepararos y al mundo entero. En todos los mensajes he dicho que el Padre Dios ha permitido que yo venga en medio de vosotros para advertirles, ya que los tiempos se hacen difíciles en la medida que vosotros estáis actuando y como lo viváis.
Quiero deciros, que en este tiempo el gran adversario esta en medio de vosotros y en todo lugar en cada instante es ahí donde quiere destruir la obra de Dios. Vosotros sois la obra de Dios, cada uno de vosotros tenéis el tiempo suficiente para amar a Dios, para abrazar el corazón de Jesús.
Pero hijitos, ¿Qué hacéis?
Si el tiempo que tenéis para dar a Dios lo dais en otras cosas. No hay más tiempo, lo he dicho aquí y en tantas partes del mundo. Podéis ver que los acontecimientos se están dando rápido y lamentablemente, la copa del Padre ya se está rebalsando mis pequeños. Y este es el tiempo que vosotros deberéis de estar en gracia de Dios. Aumentarán las muertes en el mundo entero, porque así comenzará la gran batalla para encontrarse con el gran adversario que es el demonio que quiere interrumpir vuestro contacto con Dios. ¡No lo permitáis mis pequeños!, que en este tiempo el demonio actúe en vuestras mentes y en vuestros corazones. Él es inteligente para saber dónde están vuestras debilidades, pero depende mucho de vosotros como estéis para que así él no pueda entrar deberéis de estar en gracia de Dios. Yo os dije que la preparación debe ser siempre perfecta para poder asistir a la misa, deberéis de ir confesados. No podéis recibir la Santa Eucaristía sin la confesión.
Pues bien, es ahí donde el demonio espera, si vosotros actuáis y no pensáis en lo que estáis actuando es el demonio que entrará en vuestros corazones.
Y a aquellos que están dentro de la iglesia os digo: “Que cada vez que vosotros terminéis vuestra ceremonia y hayáis recibido la Santa Eucaristía, es ahí donde deberéis de cuidaros porque el demonio los espera para la invasión de vuestras almas.”
No le interesan los hijos que no están en gracia de Dios que caminan alrededor de vosotros, sino que viene por los convertidos. Es ahí donde él quiere quitarles las ovejas en el redil de mi Hijo. Vosotros sois las ovejas.
Hijitos de mi corazón os pido nuevamente con toda esta ternura de madre os digo: “Cuidar a vuestros hijos, amparaos bajo el alero de Dios, porque es la única forma que podéis tener la salvación de vuestros hijos”.
Las almas de los pequeños son puras, pero la maldad es tan grande que quiere desbastar esas pequeñas almas.
Tratar que cada vez que vuestros hijos salgan o partan al colegio darles vuestra bendición como papas. Acompañarlos en lo que más puedan, porque el gran adversario puede robar la pequeña Jerusalén que hay en cada uno de vuestros pequeños hijos.
Hijitos, os pedí para los tiempos difíciles los cirios, los cirios deben ser medianos mis pequeños, para poder sobre llevar esos tres días de tinieblas. Quiero deciros que deben ser bendecidos y bendecidos también por el sacerdote. Debéis de tener agua bendita para poder purificar el lugar donde estéis en esos momentos.
Quiero que comencéis hacer cadenas de oraciones, porque grandes acontecimientos vendrán. Estáis preparados mis pequeños, porque el cielo ha venido preparándolos hace muchos años. Abrir vuestros sentidos y ya no dudéis más mis pequeños, porque ya el tiempo se acorta.
Quiero que vosotros mis hijos consagrados y mis hijas religiosas en el mundo entero renueven nuevamente vuestros votos, porque así podréis confirmar vuestro amor hacia mi Hijo Jesús, porque él necesita verdaderos gladiadores dentro de la iglesia. Recuerden que el demonio atacará duramente a la iglesia.
Atended mi llamado de esta madre que os pide. Deseo que todos vosotros estéis en el Reino de los Cielos y no tengáis miedo, porque el cielo os atesora, os aguarda y por vuestros sacrificios que habéis hecho y vuestras oraciones también protegerán a vuestros hijos.
Dejad que la voluntad del Padre avance el tiempo, no es tiempo de coartar la voluntad del Padre. Siempre debe prevalecer la voluntad del Padre ante la voluntad de vosotros para que así Dios pueda actuar en cada uno de vosotros.
Hijitos, haced la cadena de oración para atenuar todas las cosas que vendrán.
Quiero que vosotros seáis verdaderos hijos y seáis valientes y confirmar vuestra fe. No dejéis de ir a misa. Este es el último tiempo que tenéis para enmendar vuestros errores y volver al camino del Señor.
Aquellos hijos que han nacido fuera del matrimonio os digo: “No os preocupéis, pero quiero que los consagréis a mi corazón inmaculado, porque así los protegeré y también aquellos bebes que estén lejos del seno de una familia”.
Bendecid, hijos a vuestros hijos, abrazadlos y atesoradlos porque vendrán tiempos muy difíciles. Aprovechad a vuestra familia, estar unidos aún más no dejéis tiempo a las amistades antes que a vuestras familias, porque inicialmente Dios quiere compartir y vivir con vosotros en el último tiempo.
Os abrazo con este corazón de madre a cada uno de vosotros y quiero que digáis profundamente en vuestro corazón que sí renunciáis a las cosas terrenales y a los placeres que os quita tiempo para estar con el Señor.
Confío en vosotros mis pequeños, confío en cada uno de vosotros.
Orad nada más, deberéis de orar para que haya salvación en el mundo entero.
Hijitos de mi corazón, os espero en Junio y ya sabéis que yo estoy aquí en todo momento y probablemente vendré aún más seguido en el último tiempo que estaré en el mundo.
Preparaos para la gran batalla.
Os amo mis pequeños y digo que todas las peticiones de esta noche serán escuchadas y llevadas al Padre.
La señora dice que inclinen vuestras cabezas…
Os bendigo en esta noche mis pequeños, id en la paz del Señor.
Os aseguro que bendiciones tendréis en esta noche por el gran esfuerzo que habéis hecho por haber venido hoy.

Shalom

Miriam

Mensaje de la Santísima Madre, entregado el 21 de Junio de 2008

Hijitos de mi corazón, hoy os digo que mi corazón de madre se entristece de ver tanta duda, tanta tristeza y tanto dolor en el mundo entero. Pero, vosotros que estáis aquí, estáis presentes por este gran amor que me tenéis. En especial, aquellos que a pesar de saber que la pequeña está enferma vosotros venís con gran esfuerzo. Quiero premiarlos a cada uno de vosotros. Pero, quiero deciros que los compromisos que tenéis conmigo son grandes, mis pequeños. Como el Cielo también los tiene con vosotros.
Hijitos, Dios a cada uno le tiene algo en este mundo, algo muy especial. Pero aquellos hijos que no comprenden, que no entienden aun lo que el Padre Dios os pide como hijos de Dios, a ellos aún más difícil se les harán entender las cosas que sucederán. Yo quiero deciros a cada uno de vosotros que en estos días que han ocurrido tantos acontecimientos vendrán aún más en los cuales vosotros podréis sentir que habéis sido apóstoles en avisar.
Este es el tiempo que tenéis para empezar arreglar vuestras vidas. Quiero que vosotros estéis nuevamente en contacto con Dios, porque solamente él solucionará vuestros problemas. Dios os ama eternamente, os abraza en cada momento que necesitáis. Yo sé que muchos de vosotros rezáis constantemente el santo rosario. Muchas veces os habéis quejado por las cosas que os han tocado. Pero, quiero deciros que vuestra recompensa no será aquí, sino en el cielo. Podréis gozar con vuestros seres queridos que partirán muy pronto y gozaréis en el cielo con ellos, porque los sufrimientos que tenéis en la tierra serán recompensados en el cielo. El edén es maravilloso y podréis vivir en paz.
Quiero deciros que cuando sea el momento de la señal de la cruz todos deberéis de postrar vuestras frentes al suelo, sin mirar a ningún lado, sino que dar gracias a Dios por esta gran señal que se dará para preparar la venida del Hijo del hombre.
Hijitos, Dios es misericordioso y a través de vuestras oraciones que hacéis por el mundo Dios derramará su misericordia al mundo entero.
Quiero también deciros que irán creciendo las almas victimas en este último tiempo.
También quiero advertiros, él que no está seguro y él que no está atento o se siente alejado de Dios, Dios le dará la última oportunidad con la señal que se dará en el cielo. Porque Dios hasta el final espera que sus hijos se reencuentren con Él.
Abran sus ojos y sus corazones al entendimiento de Dios para que él pueda entrar y penetrar en medio de vuestros corazones. Que sea Dios que rija vuestras vidas.
Aceptad la voluntad de Dios, porque si Dios lo permite las cosas sucederán como están escritas.
Largas son las esperas que tendrán muchos que esperar, para otros serán muy cortas, porque me iré llevando de poco a poco como os prometí los primeros sábados de cada mes.
Vosotros sois los fieles que el Padre Dios escogió en este último tiempo, quiero que seáis verdaderos apóstoles de Dios y quiero deciros a todos vosotros que yo siempre estoy ahí entre vosotros.
Aquí a mis hijos os digo a cada uno lo que muchos me vais pidiendo en todo momento.
Quiero deciros que no podrás viajar a Italia, porque deberéis de respetar el juramento de tus sacramentos sacerdotales, pero volverás a Italia el próximo año y seguirás siendo el discípulo que el Señor escogió.
No temas Salvador, porque por algo fuiste escogido, pero debéis de entender que Dios es el que mueve los hilos y no es la voluntad humana.
Quiero deciros también que aquella persona debe aceptar lo que se le ofrece, porque llegado el momento ella saldrá victoriosa.
A la enferma de tantos años, también os digo que os queda poco tiempo para estar aquí, porque llegará a gozar el Reino de los Cielos. Dejadla partir, dejadla partir con amor y con bondad, porque te encontraras con ella en el cielo.
Hijitos quiero que entendáis que aquel que hace un sacrificio y le pide a Dios ser una alma víctima lo debe de cumplir en silencio. Las promesas que se hacen a Dios son para toda la vida. Dios os mira con amor, pero debéis de cumplir como Dios os pide no a la comodidad de la voluntad humana. Recordad que uno debe ser humilde y sencillo, no pregonar de esos dones que Dios os da, simplemente orar y dar gracias a Dios por lo que ha derramado.
Terminé de dar gracias en muchas partes del mundo y hoy terminaré dando las gracias a cada uno de vosotros por asistir acá, pero también prometo cumplir las promesas que he prometido a cada uno de vosotros, en su tiempo. Vean y vean que Dios es el que da y regala a cada uno todo lo que vosotros queréis, pero en la medida que vosotros actuáis.
Hijitos de mi corazón, os amo y os atesoro y este corazón de madre os acoge.
Cuidad que el demonio no entre en vuestros corazones. Sabéis que habéis tenido una perla en medio de vosotros, debéis que cuidarla, porque llegará el momento en que no la tendréis y será el último laso que tendréis entre el cielo y la tierra.
Recordad que aquel que se le dio la perla y no la cuido y no velo por ella Dios le pedirá muchas explicaciones.
Os amo mis pequeños, seguid adelante y os envío en esta tarde mis bendiciones a vuestras familias y a vuestros corazones.

Os amo , Shalom

Miriam

Mensaje de la Santísima Madre, entregado el 29 de Junio de 2008

Os doy las gracias por esta concurrencia siendo que es un día en el cuál vosotros compartís en familia. Pero, no sabéis que al venir obtendréis gracias y muchas bendiciones que os derramaré en este camino y de regreso a vuestros hogares para que sean portadores de la paz y del amor que el cielo os envía en esta tarde.
Hijitos de mi corazón, os digo nuevamente que el corazón de esta madre sufre de veros sufrir a cada uno de vosotros, en todo momento. Entiendo perfectamente vuestros sentimientos y vuestros dolores que muchos padres sufrís. Pero, quiero deciros que esta madre que viene a visitaros una vez al mes, siempre esta con vosotros, siempre estoy en medio de vosotros y con esas oraciones que siempre estáis haciendo me ayudáis para salvar al mundo entero.
Os doy las gracias, porque vosotros sois verdaderos hijos de Dios. Porque, dentro de todo el tiempo que ocupáis en vuestros quehaceres muchos de vosotros dais el tiempo suficiente para hacer una oración para el mundo entero.
Quiero que doblen aún más vuestras oraciones por tantos sacerdotes y religiosas que están colgando su sotana y sus vestiduras en este tiempo. Porque, ya no están creyendo en la adoración del Santísimo, ya no creen en las consagraciones, porque el demonio sé está apoderando de las almas de estos religiosos. Orad, orad por ellos hijos, no los juzguéis, simplemente os pido que oréis para que ellos encuentren el camino de la luz y de la salvación.
Quiero advertiros también mis pequeños, que en este último tiempo aún vendrán cosas de las cuales deberéis de estar preparados. Pero, yo os dije anteriormente que los que tienen fe y están en regla con las cosas de Dios nada os sucederá. Solo las oraciones atenúan las cosas que vendrán, pero depende de cada uno de vosotros. Haced vuestras oraciones. Orad y darle el tiempo al Señor, pues Dios siempre está atendiendo a cada uno de vosotros. Si vosotros supierais como el Padre eterno os ama a cada uno y a cada criatura de este mundo comprenderían verdaderamente que ese es el amor de un Padre. Sí vosotros amáis de verdad y extensamente a vuestros enemigos Dios os premiará mucho más a cada uno de vosotros. Pequeños el tiempo del Señor está cerca y cada vez que se avecina la venida del Señor, vosotros podréis ver con certeza que Dios está actuando en medio de vosotros.
Miro a cada uno de vosotros en este instante y quiero llegar a vuestros corazones. Puedo sentir vuestras necesidades y os digo que tengan la seguridad que las llevaré hasta el seno del Padre.
Rogad mis pequeños, rogad por las almas de los pequeños que es el futuro de un mundo de luz y amor que quedarán en el futuro.
También os iré dando parte del secreto de Fátima por revelar yo os daré de a poquito para que vosotros os valláis apresurando en el acercamiento hacia Dios.
Vosotros sabéis que el gran adversario está a puertas de estar en muchos hogares. Van a aumentar muchos atentados entre padres e hijos, por eso orad y orad. Orad y sed humildes en este tiempo os pide el Señor, porque la fuerza del enemigo es lo que quiere derribar la fe de vosotros. Tengan firme vuestra fe, porque a través del amor, de la caridad y de la humildad podréis luchar con Satanás. Porque él no tiene la caridad, él no tiene la fuerza de amor y esa fe que vosotros tenéis. No permitáis que vuestras almas sean tocadas y trastocadas por ese maligno que quiere ser el rey de vuestras almas.
Oren mis pequeños, por Estados Unidos. Oren por Arabia y oren por los países comunistas, porque grandes acontecimientos tendrán esas naciones.
Recordad, que todo lo que se dice y todo lo que está escrito se tiene que cumplir, porque es la santa palabra de Dios Padre.
Bendigan a vuestros hijos cuando tengan que partir a los colegios. Bendigan a vuestras esposas y esposos, porque este es el tiempo que deberéis de estar en bendiciones todos los días y vosotros lo podéis hacer.
Os sugiero a vosotros que tenéis más tiempo asistid y acompañad al Señor en el Santísimo. Necesita de vuestras compañías, necesita escuchar vuestras necesidades, que se las digáis de corazón. Él permite que vosotros podáis desahogaros en su corazón. Él os ama y os espera siempre. Luchen por la salvación de vuestras almas, la de vuestros hijos y la de vuestra descendencia, porque el que tiene un cimiento firme podrá dejar buenos frutos en el futuro.
Quiero que vosotros os deis el abrazo de la paz al terminar este encuentro. Que os toméis de la mano y en oración pidáis al Padre Dios y al Espíritu Santo que os llene de gracias y de bendiciones en esta tarde.
Retornar a vuestros hogares con la fortaleza y la alegría que os envía el Padre Dios a través de esta humilde colaboradora del cielo.
Yo vuestra madre os amo tiernamente y os estrecho en mi corazón.
Bendigo a cada uno de vosotros, a vuestros hijos, a vuestros padres y a vuestras esposas. Y recordad que estoy aquí para recibirlos con los brazos abiertos.
Hijitos, sed valientes y constantes. Perseverantes en la oración, porque ahí esta vuestra salvación.
Hijitos míos, tomaos vuestras manos. Hoy mis pequeños, os envío mi bendición a cada uno de vosotros con mi amor de madre y transmitiendo una bendición a esos corazones con alegría y gozo. Bendigo vuestros hogares y a vuestras casas, a vuestros trabajos para que vosotros podáis ser frutos y bendición para todo el mundo.
Mis pequeños, id en la paz del Señor. Regresar con alegría porque el cielo os ama y os bendice en esta tarde.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Shalom

Miriam

Mensaje de la Santísima Madre, entregado el 21 de Julio de 2008

Pequeñitos míos, hoy estoy agradecida por vuestra concurrencia viendo que mucho de vosotros estáis muy resfriados y angustiados también en vuestros corazones.
Pero, el esfuerzo que hacéis al venir acá os dará grandes sorpresas y regalos en vuestros regresos a vuestros hogares.
Quiero deciros mis pequeños, que aquellos enfermos que no han podido venir yo entiendo, pero mi corazón de madre os está acompañando en estos instantes a cada uno de vosotros.
Pequeñitos de mi corazón, os quiero decir que mi Hijo vendrá muy pronto a estos encuentros para prepararos para los tiempos difíciles que vendrán.
He rodeado vuestras casas y vuestros corazones con las oraciones que el Padre Dios ha permitido a cada uno de vosotros por vuestras suplicas, por vuestras constancias y por vuestras perseverancias.
Quiero deciros que mi corazón de madre os quisiera estrechar fuertemente a cada uno de vosotros para poder aliviar vuestros sufrimientos y vuestros calvarios.
Os digo… que aquellas personas amigas que tenéis en sufrimiento “No temáis, porque el cielo os bendice y todo lo que se ha dado con sufrimiento la recompensa será muy grande.”
Quiero deciros que muy pronto verán un milagro en muchas capillas e iglesias. Así como vosotros queréis ser testimonio de que el cuerpo de mi Hijo está vivo en la Santa Eucaristía en muchas iglesias se mostrará el cuerpo en una pequeña partícula.
Quiero decir que deberéis ser siempre fieles a los mandatos del cielo, porque la recompensa que el cielo os dará será para toda la vida.
Recordad, que la felicidad será muy pronto en el Reino de los cielos. Aquellos que no han sido felices en este tiempo el cielo os dará una gran bendición.
A mis hijos sacerdotes y religiosas os digo: “En cada instante y en cada momento de este mundo velo por vosotros como madre de la iglesia, como mi Hijo me ha ordenado os vigilo y os acompaño en cada paso que dais.”
A vosotros mis hijos que estáis aquí orad por ellos, orad para que haya santas vocaciones, porque deben de multiplicarse en este tiempo.
Deseo que ganéis la batalla de este tiempo. A través de vuestras oraciones deberéis de pedirle a Padre Dios que os ayude, porque este será el tiempo más difícil que tendréis. Incluso para dominar a vuestros hijos, porque el adversario está ahí para interrumpir vuestra vida familiar.
También os digo que de todo lo que sembráis debe ser regado constantemente en esos pequeños corazones de vuestros hijos.
A mis hijos enfermos os mando a decir que no temáis.
Ximena le hace peticiones a la Santísima Madre.

1-¿Madre por el enfermo que tú sabes?
No temáis pequeña, decidle a vuestro esposo que todo saldrá bien y que sí debe ser generoso en qué sentido con el cariño a Dios, que se acerque, que no se aleje, porque el cielo le prometió sanación y esto es una prueba de fe todo lo que está sucediendo, pero saldrá victorioso.

2-Esa persona quiere ser santo.
Mis pequeños, la santidad la podéis lograr a través de la caridad, de la humildad y sed obedientes ante la Palabra de Dios. Todos podéis ser santos, a eso venís a este mundo. Haceros santos, trabajad y orad. En la caridad y en la humildad está el secreto para poder alcanzar la gracia de Dios.

A los enfermos os doy mi bendición porque siempre estaré al lado de ellos y en todo momento y os digo que a través de vuestros sufrimientos y enfermedades estáis logrando también un camino de santidad para vosotros y para los que os rodean a través de ese sufrimiento.
Quiero deciros que llegará un tiempo en que vosotros tendréis que arrancar de vuestros enemigos, porque seréis perseguidos por vuestra fe y creencias.
Llegará un momento que retornarán a lo que mi Hijo Dios estableció en este mundo. Seréis perseguidos por los adversarios del modernismo que querrán destruir la iglesia y vuestra fe y esa será la gran señal.
Os dije que comenzaría a decir parte del mensaje de Fátima que quedo pendiente. Comenzará la guerra entre los mismos hijos de la iglesia que vosotros llamáis católicos. En la iglesia habrá una gran división. Haced caso de lo que diga el Papa, porque ahí está el camino de la verdad.
Os advierto que aquel que quiere seguir por la nueva era de la religión y del modernismo retrocederá en vuestro camino de santidad.
Hijitos, esto es parte del mensaje que entregue a sor Lucia y os digo que así se irá cumpliendo, porque todo lo que el cielo os dice se cumple.

Muchos de vosotros os dais cuenta que todo lo que el cielo ha entregado en todos estos años se ha ido cumpliendo.
Mirad en este tiempo que los acontecimientos que han sucedido, yo os advertí mucho tiempo atrás, por eso mi Hijo me manda a visitaros y protegeros, permitidme que os guíe en este camino de sufrimientos y de dolor. Mi corazón se acongoja de pena y de tristeza al ver que muchos de mis hijos van quedando en el camino. Pero, los que queden serán verdaderos hijos Dios y vosotros orad por aquellos hijos que están en el camino de la perdición.
Os digo mis pequeños, que esta madre que viene todos los veintiunos recoge vuestras intenciones y vuestras suplicas para llevarlas ante el Padre.
No os pongáis tristes, si no se obran los milagros inmediatamente, es porque el cielo tiene su tiempo para hacer los milagros. Dejad que el cielo se encargue, vosotros solo debéis de orad para que conservéis la Fe siempre, porque a través de la Fe se obrarán los milagros.

Hijitos de mi corazón, como os amo y atesoro a cada uno de vosotros.
Y mi partida me es aún dolorosa por dejaros en este mundo lleno de sufrimientos. Pero, también le llevo ese amor que me demostráis a mí también se lo demostráis a mi Hijo. Desde el momento que parto dejo grandes bendiciones para cada uno de vosotros. Quiero llegar a cada uno de vuestros corazones para poder estar ahí y darles la fuerza suficiente en los instantes de más dolores y sufrimientos que tenéis.
Sed firmes. Sed constantes. No dejéis vuestras confesiones. No dejéis la Santa Eucaristía, porque sabéis que ahí está la fuerza para seguir viviendo en este mundo que atemoriza a muchos de vosotros.
Hijitos, os pido en esta noche que se den el abrazo de la paz para que lleguéis felices a vuestros hogares.
Y recordad que muy pronto veréis y sabréis del milagro de la Santa Eucaristía.
Os amo mis pequeños y recordad que mi Hijo vendrá el veintiuno.

Shalom, pequeños id en la paz del Señor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Shalom madre nuestra

Shalom

Miriam

Mensaje de Nuestro Señor Jesús, entregado el 21 de Agosto de 2008

Hijitos, he venido hasta vosotros para deciros cuanto Mi Corazón de hermano, amigo y padre os atesora enormemente desde el fondo de mi corazón. Cada momento que he vivido con vosotros en este mundo, en un pedacito de vuestros minutos terrenales. Os digo: “Puedo vivir y palpar vuestros dolores y sufrimientos, pero también gozo cuando vuestras almas están en Gracia de Dios”.
Yo que soy vuestro hermano, lo he dicho en tantas partes del mundo. Atesoro a muchos de mis hijos predilectos y a cada una de estas almas que hay en el mundo entero.
Necesito que vuestros corazones me deis un pedacito de espacio para poder estar en vosotros, para compartir con vosotros. Que alegría es ver cuando muchos de vosotros entendéis verdaderamente cuánto es mi amor por vosotros, cuánto es el sacrificio que he hecho por vosotros.
Pero, os digo: “Que me entristece ver tantas almas en el mundo que todavía no reconocen el Amor del Padre”.
Pero, por ello he mandado a la Santísima Madre para que este en medio de vosotros y ella pueda trabajar en esos corazones tan duros. Entiendo perfectamente que la vida que les ha tocado es difícil, ha sido muy dura en estos tiempos.
Pero, siempre he dicho que aquel que obre bien en el camino del Padre y respete los estatutos de mi Padre es aquel que llegará al Cielo y os dará un espacio en este corazón. Mi Padre es misericordioso.
Las puertas del cielo están abiertas para todo el mundo, sin hacer diferencia. Pero, quiero deciros que cuando vosotros decaigáis en la Fe arrepentiros y volver como mansas ovejas, porque aquí yo vuestro hermano, vuestro pastor y vuestro amigo estaré para acompañaros nuevamente para que coman el buen pasto que desea el Padre Dios.
La hiel es muy amarga mis pequeños, y esos corazones están fríos. Pero, quiero deciros que cada vez que vosotros estáis viviendo en hiel el Padre Dios y todos los que estamos alrededor de vosotros estamos orando para que vosotros podáis saltar los obstáculos y cambiar la hiel por miel.
Mis pequeños, en este tiempo que se avecina los acontecimientos serán aún más duros, pero, vosotros con vuestra fe y vuestro amor a mi Madre seguirán en el camino fielmente. Gracias os doy a todos vosotros al compartir cada momento, al seguir fielmente lo que el Cielo os pide.
Como quisiera estar en la tierra para poder levantaros en los momentos más difíciles. Hacedme presente y sosteneros a vosotros en las dolencias y en las dificultades, pero aún falta un tiempo.
Mis pequeños, llegará el día en que me podréis ver y me podréis sentir. Pero, aún más os digo que él que me sienta en el corazón y haya visto no necesitará ver y ni sentir, porque encontrará la paz.
Yo soy el que vive cada día en la Santa Eucaristía.
Aquel que no comprende todavía el sacrificio es aquel que todavía está en pañales en la fe.
Volved los ojos a Dios. Volved a sentir lo que mi corazón dio por vosotros.
Los dolores más grandes de mi corazón son al ver a aquellos hijos que viven vagando por el mundo sin la luz. Quiero ser la luz y la fuente de vida para cada uno de vosotros y en el mundo entero. Y vosotros a través de la oración me podréis ayudar constantemente. Quiero satisfaceros en los deseos más profundos de vuestros corazones. Pero, todo tiene su tiempo mis pequeños, Dios permite muchas veces que los milagros sean instantáneos, pero otros se van dando a medida como van actuando en su vida.
Santificación, oración y penitencia es lo que el Padre Dios quiere en este tiempo. Pues bien, aquí estoy en los momentos difíciles recurrid a mi corazón, porque yo soy la fuente de luz y de esperanza, Yo soy él que os puedo sostener y salvaros de esta agonía que vivís constantemente.
A los enfermos en el mundo entero os digo: “Muchos de vosotros venís a santificaros y a santificar a todos los que os rodean en el mundo entero”. Por eso mis hijos, quiero ayudaros a vivir en paz en este tiempo de sufrimiento. Quiero ser vuestro enfermero. Quiero ser vuestro apoyo.
Cuando verdaderamente me necesites de corazón ahí estaré. Quiero ser parte de vosotros, ser la parte que en el fondo vosotros buscáis en el vivir, solo en mí encontrareis todo lo que deseáis. No os alejéis, pequeños.
Los cirios que pidió mi madre hoy los bendeciré en especial todos aquellos que necesitan, porque los días vendrán muy rápido y los acontecimientos serán aún más rápidos.
Estar atentos y alertas, porque el gran adversario está ahí esperando a que muchos de vosotros caigáis en el camino. Orad y pedid auxilio a mi dulce Madre que Ella es la que os salvará de esas garras del enemigo.
Quiero bendecir a todos en esta noche y daros las gracias a cada uno de vosotros. Quiero compartir aún más tiempo mis pequeños, en la soledad y en la intimidad de vuestros hogares con cada uno de vosotros. No me dejéis de llamar, porque yo estaré ahí en medio de vosotros. Voy con vosotros en la Santa Eucaristía cuando vosotros retornáis a vuestros hogares. Tenedme y atesoradme, no me alejéis de vuestros hogares. Quiero en esta noche que inclinéis vuestras cabezas y que hagáis fuertemente vuestras peticiones, porque así os podré ayudar a cada uno de vosotros.
Alabado sea el Señor.
Alabado seas.

Jesús

ensaje de la Santísima Madre, entregado el 21 de Septiembre de 2008

Hijitos de mi corazón, soy vuestra madre y os digo que mi corazón a veces se siente acongojado de ver tanta tristeza en muchos corazones de vosotros por las enfermedades y circunstancias de vida que vivís constantemente en este caminar.
Pero, quiero deciros que esta madre quiere siempre estar en medio de vosotros para traer la paz y el amor a vuestros corazones.
Quiero ayudaros a ir creciendo en la fe. Quiero ayudaros para que vayáis caminando siempre en el camino de la esperanza y de la salvación del mundo entero.
Hijitos míos, como os amo. Como quisiera estrecharlos contra mi corazón para poder darles esta paz inmensa que el cielo me ha entregado para poder derramar en vuestros corazones.
Deseo deciros también que quiero ver a muchos de vosotros orando en silencio, porque así podréis contactaros más directamente con el Padre Dios. Dios mira siempre las simplezas de vuestras palabras, más que las oraciones repetitivas, me encontraréis y encontrarán a mi Hijo y al Padre.
Él quien mejor sabe vuestras necesidades que tenéis en este tiempo.
Hijitos, sed humildes de corazón. Deberéis de estar siempre preparados para la gran venida del Espíritu Santo que soplará en muchos corazones de este mundo, será la alerta que tendréis cuando venga mi Hijo Jesús.
Una gran alegría emprenderá en vuestros corazones como también un gran fuego sentirán en esos corazones. La venida de mi Hijo está cerca. Aún más cerca que no lo esperáis.
Estad preparados, estad preparados en las oraciones os pido. Debéis de ir a confesaros como siempre os he dicho. Estad preparados con vuestra casa limpia para que mi Hijo more ahí por siempre.
Hijitos, las tentaciones serán aún más fuertes en este último tiempo. Pero, vosotros los que estáis viviendo con amor y fidelidad la palabra de mi Hijo, serán los que podrán saltar todas las vallas y los obstáculos que el gran adversario os pone en el camino.
Rogad mis pequeños, por todos los enfermos del mundo y por todas aquellas criaturas que no alcanzan a nacer. Con preocupación veo que muchos atentan contra la vida que el Padre Dios os da para venir a bendecir vuestros hogares y en el mundo entero.
Quiero llevar vuestras suplicas hasta el seno del Padre para que el Padre Dios pueda derramar sobre ellas la esperanza y el amor y derramar sus bendiciones a cada uno de vosotros.
Atended el llamado mis pequeños, porque este es el tiempo en que vosotros estáis siendo escogidos para seguir libremente a Dios y no la voluntad vuestra y debéis de ser humildes para que el Padre Dios pueda actuar en vosotros. Sin vuestra voluntad el Padre Dios podrá ejercitar en vosotros el amor y la misericordia. Sed humildes de corazón. Sed fieles. La fidelidad para Dios por sobre todas las cosas, ante todo lo material y ante todo lo que se anteponga al Señor. El Señor es todo para vosotros. Desde el momento que abrís vuestros ojos hasta el momento que los cerráis en vuestro lecho.
Hijitos míos, como madre os pido nuevamente que las consagraciones que debáis de hacer ante el Santísimo lo deberéis de hacer de corazón y con verdad.
La palabra que decís amen es una aceptación prácticamente a la voluntad del Padre. Lo debéis de saber. Cuando uno renuncia a todo el pecado debéis de manteneros fielmente a esa renuncia. No volváis a pecar. No volváis a cometer los mismos errores que muchas veces los hacéis repetitivos en vuestros caminar.
A mis hijos enfermos este corazón de madre os manda todo su amor. Pero, os digo: “Tened paciencia, porque el tiempo es del Señor, es el tiempo que el estime en sanar”. Pero, lo importante son las sanaciones espirituales, porque así podréis sanar desde dentro hacia fuera.
Orad mis pequeños. Orad, porque yo oro por vosotros y por cada uno en vuestras familias. Deseo que vosotros estéis entrando unidos con el corazón hacia el Padre, porque el Padre os ama y los ha mandado a vosotros a este mundo a santificaros. Y por eso he venido, yo, para poder ayudaros en este camino que es dificultoso pero, es por vuestra santidad.
Tomaos de las manos mis pequeños,……..
Hijitos míos, en este lazo de amor os envío eternamente mi amor y todo el corazón de esta madre para que lo podáis ocupar en los momentos de debilidad. Yo estoy con vosotros en todo momento.
Y recordad que a Dios no se le pone límites, porque el límite lo pone Dios.
Os amo mis pequeños. Os amo id en la paz del Señor, porque nos veremos el veintinueve con gran esperanza y amor.
Id en la paz del señor.

Shalom mis pequeños

Miriam

Mensaje de la Santísima Madre, entregado el 29 de Septiembre 2008 en Lonquén

Hijitos, os doy las gracias por estar aquí presentes en este día que para muchos es importante; en especial para mí hijo Sergio, Graciela y la familia, porque han cumplido su aniversario de matrimonio.
Quiero deciros mis pequeños, que el camino del matrimonio es el consagrado que Dios da para la bendición de vuestros hijos y de todo el caminar que vosotros hacéis y sembráis. No es simplemente un compromiso de amor entre dos personas, sino que un compromiso verdaderamente entre Dios en medio de vosotros, porque Dios os bendice el matrimonio y es para toda la vida. Aquel que rompa el lazo del amor por caprichos terrenales rompe con Dios. Pero, aquellos que verdaderamente por sufrimientos y dificultades se han separado Dios es benevolente.
También quiero deciros mis pequeños, que el caminar que vosotros hacéis ciertamente junto con vuestros hijos Dios está guiándolos a cada uno y a cada paso y en cada momento.
Recordad mis pequeña, que sostienes la cabeza de Ximena os digo:
”Nuevamente que yo estoy contigo y he sanado tu enfermedad por completo”.
Os digo mis pequeños, que así cuando vosotros estáis verdaderamente entregados Dios regala y da dones a muchos de vosotros.
Quiero deciros mis pequeños a los que vais viajando de regreso que estaré en medio de vosotros en cada instante y luchad por vuestros conceptos del amor y de la fidelidad de las parejas. Orad por la patria del Ecuador. Orad por Chile, porque ha sido contaminado nuevamente por el odio y el vandalismo socialista que está abarcando en Sudamérica.
Quiero deciros que ese triunfo no valdrá mucho, porque los principios morales que hay en una fe cristiana Dios los aumentará cada vez más. A pelear con fe. A pelear con amor, porque eso es lo más importante. Rogad mis pequeños, para que sigáis adelante en este camino.
Sed valientes. Sed soldados del amor y de la esperanza.
Recordad, que cada uno de vosotros que estáis aquí podéis hacer una petición en este instante…
Las personas hacen peticiones en silencio y la madre responde.
Os digo: “Que de las nueve pequeñas que están arriba, están gozando en el edén eterno junto a muchos de sus seres queridos que también han venido por ellas para ayudarlas a partir”.
Quiero responder por las enfermedades de aquella persona que no tema, porque el Señor la sanará.
También quiero decir al doctor que no piense más simplemente que deje avanzar el amor hacia delante en su corazón, porque yo estoy contigo mi pequeño.
A los niños enfermos os digo: “Que no temáis, porque Dios sabe, porque muchas veces las enfermedades son para vuestra santificación y la de vuestra familia”.
A la mamá que está enferma por la familia, por ella no temáis, porque saldrá adelante decidle.
El colegio debe ser mariano para la pequeña para que siga en un buen colegio con buenas virtudes y valores que son esenciales.
Salvador no os preocupéis, porque todo se dará con la muerte de Miguel Ángel el triunfo de Maria será en grande.

Os digo mis pequeños, que miréis todos al sol…
Ve Magdalena también.
Os digo aquellos tendrán ojos para mirar el circulo más hermoso que os doy que es el amor de la misericordia del Padre.
Mirad con atención, regalos tendréis para algunos y para otros no los tendréis.
Mirad vuestras nubes alrededor. Vuestros ojos que estén presentes mirando el sol dejad que vuestra alma mire con los ojos no los ojos externos, sino que los del alma.
Vosotros mirad, porque hay muchos Ángeles. Deberéis de estar atentos, porque llegado el momento los regalos estarán en vuestras fotografías.
Mirad mis pequeños, como los Ángeles los están rodeando. Y muchos de vosotros los veréis con los ojos del alma. Abrid vuestras mentes y vuestros corazones. Luchad por el amor. Luchad por la cordialidad.
Vayan con la paz del Señor, pero os digo que los regalos que tendréis en vuestras fotografías los tendréis para ver que vuestros ojos del exterior nunca verán, sino con los ojos del alma.
Hijitos de mi corazón, vuestra madre os dice que deberéis de orar en familia nuevamente para que la paz reine en ese hogar y los hogares que necesiten esa luz. Fundamentalmente para que el momento que estéis viviendo en las noches de tiniebla estén pidiendo en oración. Orad por Miguel Ángel para que Dios le de esa paz que no encontró en esta tierra. Solo Dios es el que perdona.
Orad mis pequeños, para que los sacrificios de vuestro caminar sean más fáciles en esta vida. La recompensa es maravillosa para aquellos que verdaderamente siguen el camino de Dios. Os abrazo tiernamente como es mi corazón a cada uno de vosotros y los llevaré en mi vida y en cada momento.
Vayan con la paz del Señor y orad. Orad, porque los milagros vendrán.

Shalom, Miriam

Mensaje de la Santísima Madre entregado el 21 de Octubre de 2008

Hijitos de mi corazón, os doy las gracias por concurrir.

Mis pequeños deseo que los religiosos estén cerca de mi hija.

Hoy os digo que es el momento en que el Señor está viviendo una agonía enorme por los sufrimientos en el mundo entero.
Os recuerdo que cada vez que se acercan los momentos más difíciles el corazón de una madre se acongoja de dolor, porque sé cuánto van a sufrir en vuestros corazones.
Hijitos de mi corazón, os digo que en este día tan especial os bendigo a cada uno de los presentes y cada vez veo que más almas se acercan.
Recordad que este es el tiempo en que debéis de misionar mis pequeños, en todas las partes en que vayáis deberéis de ir pregonando la buena nueva que Dios os envía.
Mirad como está el mundo. Mirad como los acontecimientos están ocurriendo día a día como lo he profetizado. También os digo mis pequeños, que lo que estáis viviendo tanto en lo económico, como en lo espiritual y lo sentimental en muchos se agudizará. Vendrán grandes crisis económicas aún más de esto que estáis viviendo, porque os dije tiempo atrás que la gran nación verá caer su poder en este mundo. Lo reafirmo en el mundo entero, porque este es el tiempo que entraremos en la batalla con el gran adversario que quiere destruir nuestro lazo de amor. Vosotros sabéis que Satanás está invadiendo el mundo entero en el aire, en todo momento, en los hogares y en todo lugar del mundo. Os dije tiempo atrás previniéndolos que vuestros hijos deben de estar bajo la mirada y cuidado de vuestros ojos. Cuidadlos, porque este es el tesoro que dejareis en el futuro para una nueva Jerusalén. Son los hijos lo que quiere Satanás, pero os digo que los dolores que traerán vuestros hijos a muchos de vuestros hogares serán muy duros. Pero, vosotros mis pequeños, a través de vuestra fe podrán ir avanzando y saldrán adelante, porque él lo que quiere es quebrar vuestra fe. Pero vosotros sois firmes y si tenéis ciertamente la fe firme, Dios os ayudará y el gran adversario no podrá entrar en vuestros hogares. La lucha es continua, nunca os prometí que estar cerca de Dios era fácil, siempre es difícil y con pruebas, porque así podréis alcanzar la gracia divina que es vuestra santidad para poder llegar al cielo.
Hijitos de mi corazón, como atesoro en estos instantes dar a cada uno un abrazo maternal para recibir vuestros sufrimientos y vuestros dolores como habéis vivido en estos tiempos. Siento este corazón de madre que a veces no da abasto para poder concurrir a vuestros llamados.

Pero, os digo: “Os aseguro que yo estoy siempre con vosotros”.

Quiero deciros también que en este caminar para los religiosos y religiosas serán aún más dolorosos, vendrán muchas deserciones en la iglesia y en los conventos, porque es ahí donde quiere destruir verdaderamente el demonio. La iglesia que fundo mi Hijo para poder llevarlos a la salvación.
Orad, orad y orad por aquellos hermanos que aún no saben encontrar la luz en el camino.
Vuestros sufrimientos me ayudan a salvar muchas almas y justamente mi Hijo os pide que cuando estéis enfermos, cuando estéis en dificultades entregad esos dolores para que haya muchas conversiones en el mundo entero.
No sabéis cuanto atesoro estar en medio de vosotros todos los días, no estaré físicamente, pero en espíritu estoy. Convocadme en las situaciones más difíciles y yo estaré presente. A lo mejor sentirán mi aroma o sentirán mi ternura o la paz en vuestro corazón.
Afirmaos mis pequeños, porque vendrán duras pruebas, pero vosotros podéis caminar también solos. Podréis ayudar a vuestros servidores en el camino de la oración y en la entrega.
Las misiones son importantes mis pequeños, están dentro del camino de la santidad. Este es el tiempo que empecéis a orar todo lo que habéis aprendido durante todos estos años que yo he venido. He sembrado en cada uno de vosotros la semilla del amor, de la caridad y de la esperanza, ese es el lema que deseo que vosotros repartáis a vuestros amigos, hermanos y enemigos. Especialmente a los grandes enemigos que tenéis en la fe. No temáis, porque yo vuestra madre os daré la paz y la certeza.
Al levantar vuestra mano hoy se comprometerán para ser misioneros del amor, misioneros de la paz cuando vayáis a buscar a vuestros amigos a vuestros hermanos invocad al Espíritu Santo para que sea él el que ore y hable por vuestra boca, porque vosotros no sois nadie sin el Espíritu Santo mis hijos, vosotros no sois nadie. Quiero advertirles que aquel que reniega de su fe pierde todos los derechos para entrar al cielo. No hijos no caigáis en eso, porque quiero a todos en el cielo. Quiero que mi Hijo se sienta amado, querido y adorado como él se merece. Yo soy vuestra madre y adoro a mi Hijo con todo el corazón y espero que vosotros améis y adoréis a mi Hijo verdaderamente desde el fondo de vuestros corazones.
Os digo no intentéis comprar más cosas, no intentéis endeudaros, porque muchos de vosotros caerán en grandes crisis. Juntar y guardar lo que tenéis, porque vendrán momentos en que vosotros estaréis oprimidos. Orad mis pequeños, orad y orad, porque es vuestra salvación.
Necesito misioneros para que vayáis en busca de más almas para que se acerquen a los santos sacramentos. Mis pequeños, hacedlo, no olvidéis que la santa comunión es vuestra salvación. No olvidéis que la confesión es para vuestra humildad. No olvidéis mis pequeños, que al asistir a misa estáis actuando en la caridad con Dios. Esos son los pasos fundamentales para que logréis vuestra santidad.
Alegraos mis pequeños, porque los grandes acontecimientos vendrán, esperad al Señor en amor y en gracia. Fundamentalmente en la gracia de Dios. Uniros en familia, vivir estos últimos años en gracia y compartid en familia mis pequeños, porque el tiempo se avecina y es muy triste vivir cuando se desaparece y se desintegra una familia.
Os amo mis pequeños, levantad vuestras manos….
Os espero y confío en vosotros y entrego todo mi amor y mi gracia para que vayáis de puerta en puerta, atended a los llamados, a los enfermos, a los vagabundos y cada hermano que necesite de vuestra caridad. Amplío vuestro corazón llenándolo de gracias y de bendiciones, porque en vosotros actuará el Espíritu Santo y en esta noche os entrego todo mi corazón y todo el amor que manda el Padre Dios hacia vosotros.
Os amo mis pequeños.
Id en la paz del Señor y os espero el veintiuno.
Amaos los unos a los otros así como dijo mi Hijo y espero que améis a los enemigos.

Shalom

Miriam

Mensaje de la Santísima Madre entregado el 21 de Noviembre de 2008

Que alegría de veros aquí nuevamente, a cada uno de vosotros os doy una bienvenida con este corazón de una madre que os ama eternamente.
Hijitos míos, alegraos porque mi Hijo en este tiempo está feliz mirando y contemplando cuantos jóvenes se están acercando a la fe y acercándose a Él en el mundo entero.
Hijitos de mi corazón, hoy he puesto en cada uno de vuestros corazones una semilla de amor para que pueda ser derramada para el mundo entero y donde valláis y queráis derramarla. Esta madre os ama eternamente, incluso a aquellos hijos que no aún me aman, por ser la madre del Hijo de Dios, pero yo atesoro a cada uno de vosotros, a cada uno de aquellos enemigos que dicen que no soy la madre de Dios. Os quiero y en cada oración que hacéis, deberéis de ayudar a convertir muchos corazones que aún están fríos.
Hijitos vosotros sabéis que, en este tiempo de dificultades y de tantas dificultades en el mundo en que vivís, pero nosotros en el cielo estamos pendientes de cada uno de vosotros, pendientes en cada detalle, en cada momento, y en cada circunstancia, también estoy presente, pero, recordad que estas cosas estaban descritas, pasaran así como han pasado tantas dificultades, pero los que tienen el corazón firme en la fe, podrán salir aún más airosos de estas dificultades. Aún más, vosotros que estáis aquí, porque vosotros estáis preparados. El que tiene la fe firme podrá salir adelante. Los jóvenes en este tiempo están pensando que el tiempo es vivir y vivir, pero no conocen el vivir en Dios y morir en Dios. Solo viven por vivir en las alegrías y en las alegrías que puede dar este mundo. Este mundo que no les podrá dar toda la dicha, sino que estando con Dios él les puede proveer toda la felicidad completa, nada es incompleto en el Reino de
los cielos. Cuando uno tiene su alma entregada al Señor, es porque él está en medio de vosotros y él reinará en esos corazones. Quiero ser el agua viva dice el Señor en cada uno de vuestros corazones, para renovar vuestras vasijas, para que vayan creciendo cada día más en el camino de la fe. No pongáis obstáculos al querer del Señor, sino que abriros aún más en las dificultades, porque es ahí donde más os ama el Señor a cada uno.
Orad por todos los enfermos en el mundo. Hijitos de mi corazón, os pedí que hicieran misiones en los hospitales, cuantos enfermos que hay que nadie los visita. Cuantos enemigos adversarios de la fe están conquistando tantas almas desoladas que no tienen consuelos, porque los hijos predilectos de mi corazón, los sacerdotes y religiosas, no dan abasto mis pequeños, para alcanzar a ir a visitarlos. Pero vosotros que sois misioneros, vosotros estáis consagrados, tenéis el poder de poder, consolar al enfermo, porque en vuestras palabras será el Espíritu Santo que actuará y ayudará aquel enfermo que necesita.
Orad en este tiempo mis pequeños, por los pequeñitos. Vosotros sabéis que el adversario está haciendo mucho daño en el mundo a los pequeños. Os dije tiempo atrás, que debéis de preocuparos de cuidarlos y bendecirlos cada vez que partan al colegio o cuando ellos regresen, darles las bendiciones y la bienvenida, porque el adversario quiere robar las almas puras en este tiempo, porque nosotros acá en el cielo queremos esas almas para la nueva Jerusalén. Vosotros estáis preparados para eso, enseñar a los pequeños, educarlos en la fe. Si vuestra fe es grande y firme, ellos podrán ver esa fortaleza de fe y ese amor crecerá de Cristo en ellos por siempre.
A mis hijos religiosos y religiosas os digo: “Orad porque el gran adversario se meterá aún más en la iglesia mis pequeños y serán atacados y perseguidos aquellos hijos consagrados a mi corazón y la persecución comenzará muy pronto. Sed firmes y orad y orad. Confíen en el Señor y confíen en mi corazón, porque os protegeré siempre.
Hijitos, hijitos que estáis aquí os digo, que el veintinueve de Diciembre estéis preparados, quiero que estéis preparados en comunión, porque el cielo se vestirá de fiesta y una gran sorpresa os tendré, pero, vosotros deberéis de estar en gracia de Dios, no dejéis de asistir a la iglesia, no dejéis de asistir al santo sacramento de la confesión, porque así os quiero, confesados para ese día, porque recibiréis al Rey de Reyes y para eso deberéis de estar preparados. La danza del sol que habéis visto tantas veces, os quiero decir que no solo será una danza, sino que serán grandes manifestaciones. Pero, también deberéis de estar con vuestra alma preparada, para poder ver los milagros, no siempre se hacen visibles para todos según vuestra fe, según la certeza que sabéis que Dios se manifiesta aquí y así podréis ver todas las manifestaciones celestiales.
Amar a Dios por sobre todas las cosas os pido, a Dios en la mañana, a Dios al medio día y a Dios en la noche, constantemente, porque esa será vuestra defensa. Teniendo a Dios, rechazareis todo el mal que pueda penetrar en vuestros hogares.
Hijitos en esta tarde os bendigo y este corazón de madre os atesora constantemente. Ya muy pronto vendrá el momento en que muchos me podrán ver y muchos me sentirán en sus corazones. Alegraos, porque yo estoy con vosotros y mi Hijo os envía todo su amor y todo su corazón a cada uno de vosotros.
A los enfermos os digo nuevamente: “Tened fe y consolarse en el corazón de mi Hijo, porque él es el único que os puede sanar”.
Os amo mis pequeños, id en la paz del Señor y recordad que yo estoy siempre con vosotros.
Ximena pide por varias intenciones que tiene.
La madre dice que algunas intenciones se cumplirán y otras tendrán que esperar un tiempo, seguid orando dice la señora.
La señora dice que inclinen las cabezas….
Os envío esta luz de amor a cada uno de vosotros mis pequeños, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Shalom

Miriam

Mensaje de la Santísima Madre entregado el 21 de Diciembre de 2008

Hijitos de mi corazón, hoy os digo que ya muy pronto volverá a nacer la luz nuevamente en vuestros hogares. La dulce espera que he tenido en este tiempo de adviento que habéis vivido, también en el cielo se vive pensando que nuevamente mi Hijo se da para el mundo entero.
Hijitos de mi corazón, vosotros sabéis que cada vez que vosotros vivís en este mundo rodeado de tantas cosas no os detenéis a pensar que regalo vosotros le daréis al niño Jesús. Dios no necesita lo material mis pequeños, solamente necesita vuestro corazón y vuestra renuncia a toda la voluntad humana. Pues, bien sabéis que esa voluntad siempre premia antes que la voluntad del Padre. Amaos dice el Señor, porque en esta navidad quiero que la viváis distinta, que os renovéis juntos en el pesebre y antes que volváis a abrir vuestros obsequios quiero que vosotros cojáis al niño Dios, le habléis al corazón y le digáis lo que le vais a regalar al niño Jesús. Sean conscientes ofrezcan con amor al Señor vuestro Dios estos son los tiempos que debéis de comenzar a vivir en la paz y en la unidad. Quiero que vuestros hogares se conviertan esa noche y el día en la familia de Nazaret. Vosotros sabéis que Jesús renace todos los años y vosotros sabéis que todos los años ellos también quieren vivir en cada uno de vosotros.
Hijitos míos, orad, orad porque este es el tiempo que se avecinan los grandes acontecimientos, pero no temáis, los que estáis en gracia de Dios esos el Señor os protegerá y os cobijará.
Alentaos, porque el nacimiento que habrá en este tiempo será de una luz inmensa para vuestros hogares. Os recuerdo que vuestra fe debe crecer cada día más, no decaigáis, porque la fe es lo principal para amar a Dios y creer en su resurrección.
Hijitos míos, no sabéis cuanto os amo, cuanto atesoro estar en medio de vosotros. Cada vez que vosotros estáis en apuros mi corazón de madre sé acongoja y os ofrezco de todo corazón el compartir vuestros sufrimientos.
Recordad, que el amor de Dios es misericordia y intensamente aumenta toda la dicha en vuestros hogares y en todos los acontecimientos. Como Dios infinitamente os regala nuevamente su luz a esta humanidad tan ingrata que hay en esta tierra.
Orad por mis hijos predilectos en el mundo entero, porque aún no saben que la luz de Dios está en ellos. Orad para que haya verdaderas conversiones.
Si, mis pequeños, vosotros sois mis hijos y el mundo entero debe saber que la madre del cielo viene a cobijarlos en este corazón de madre.
Ya muy pronto estaréis en cinta, aquellas hijas que necesitéis de los bebes, pero una madre se debe al hijo y el hijo a la madre. Recordad, que esa herencia es la que os da Dios para que los eduquéis en una santa comunión con Dios, no olvidéis.
Hijitos, sed honestos con Dios el veinticuatro en la noche, porque así Dios mirará al fondo de vuestros corazones. Sean pequeños en ese instante para que Dios pueda actuar, morar y vivir en vuestros hogares.
Recordad, que el veinticinco yo os esperaré, os esperaré en Lonquén.
Amaos y tomaos de la mano esta noche y decidid que Dios renazca en vuestros corazones por siempre.
Hijitos, id en la paz del Señor.
Os amo y dar gracias a Dios por permitirme estar en medio de vosotros.
Felices fiestas.
A Dios mis pequeños.

Shalom.

Miriam

Mensaje de la Santísima Madre entregado el 25 de Diciembre de 2008 en Lonquén

Hijitos de mi corazón, hoy os doy la bienvenida a este santuario en este día para daros un abrazo de navidad.
Os digo: “Qué mi pequeño que traigo aquí en mis brazos es para compartirlo con vosotros, sí vosotros supierais que feliz se encuentra en mis brazos, es así como él quiere vivir en medio de vosotros con alegría”.
Mis pequeños quiero deciros que en esta navidad sé que muchos hogares han compartido juntos al nacimiento. Quiero darles las gracias por el esfuerzo que hacéis para complacer a esta madre por vosotros.
Hijitos de mi corazón, no hay más que deciros gracias por todo el esfuerzo que hacéis al venir al encuentro con mi Hijo pensando que dejáis a vuestros familiares y quehaceres.
Os digo que los frutos y las alegrías son inmensos cuando el cielo baja a la tierra y vosotros podéis compartir. Cada vez que vosotros estáis en agonía el cielo os asiste en todo momento, a través de las enfermedades y a través de los sufrimientos Dios está obrando.
Hijitos, sabéis que esta navidad será distinta a muchas navidades, porque el próximo año no tendréis tanta felicidad.
Recordad que los tiempos se acortan y se avecinan, pero los que viven en gracia de Dios podrán salir airosos de estos momentos difíciles. Vosotros sois miembros de la iglesia domestica aquí en la tierra y mientras vosotros estáis viviendo en oración, en unión a la familia vosotros seréis felices y Dios podrá compartir con vosotros.
Sabéis que cada vez que vosotros estáis aquí puedo mirar vuestros corazones, puedo sentir lo que pensáis o simplemente ver lo que necesitáis. Pero quiero daros mi corazón como madre, es darle todo mi corazón para que vosotros sintáis el dulce amor que os tengo a cada uno de vosotros.
A mis hijos marianos os digo de corazón; os amo con todo mi corazón y esta madre dulce quiere compartir con vosotros todas vuestras dificultades.
Ya es tiempo mis pequeños, que debéis de dejar ir a aquellos que deben de partir, pero recuerden que yo los llevaré en mis brazos con amor de madre, los llevaré al seno del Padre. No temáis, porque solo no te quedareis iras caminando y tendrás una gran familia que es la familia del amor y de la esperanza que da la madre en un grupo de oración.
Hijitos, atentos a mí llamado para que en esta navidad en los corazones de vuestros hijos viva creciendo todo el amor de esta madre y del niño Jesús. Quiero que vosotros cojáis al niño Jesús y lo toméis para que lo beséis, porque en ello sellaré mi beso de madre.
Cada uno le dará un beso al pequeño y darle el regalo que le prometisteis el día veinticinco, no lo cambiéis, porque sé que fue lo que vosotros prometisteis el día de navidad.
La señora dice que beséis al niño y le deis el regalo que le prometiste el día veinticinco para que él pueda realizar felizmente la labor en vuestros hogares. No sabéis que gracias tenéis, porque yo he dejado al niño y así ese beso pueda llegar a vuestros labios.
El niño Jesús mueve sus manitos y sus pies ahora en el seno de la Santísima madre así como dice ella que la paz que entrega el niño Jesús quiere que esa paz la llevéis a vuestros hogares. Tengan fe, acrecienten vuestra fe, para que Dios pueda morar verdaderamente en vuestros hogares.
A las comunidades sacerdotales y religiosas os digo: “Grandes turbulencias habrá en este último tiempo”.
Acercarse al santo rosario para que vosotros podáis pasar las grandes pruebas que tenéis en este tiempo. Quiero decir que el tiempo de adviento ha terminado y comenzará un tiempo de agonía para muchos de vosotros, pero sean fuertes, sean fieles, porque así el Señor os prueba cada día más en este camino.
Vuestra navidad ha sido un regalo de Dios el poder compartir un año más con vosotros, poder estar en medio de vosotros y abrazar a cada uno de vosotros.
En ese beso que he dado al niño Jesús que tenéis en vuestras manos dar todo el amor del cielo para vosotros. Besar a vuestros hijos y ver que en los hijos es Jesús mismo que vive en ellos. Amarlos y atesorarlos.
Adorar al Niño Jesús, porque Él ha nacido nuevamente en vuestros corazones.
Hijitos, id el paz del Señor y os esperaré el veintinueve.
Recordad, venid con pañuelos blancos pequeños, solo blancos.

Shalom mis pequeños.

Miriam

Mensaje de la Santísima Madre entregado el 29 de Diciembre en Lonquén

Hijitos, hoy es un día especial, porque veo mucha concurrencia.
Pues, muchos yo sé que han venido a ver si hay milagros en el cielo. Pero, quiero deciros que los mejores milagros son las verdaderas conversiones desde el interior, desde vuestra alma hacia vuestros corazones para que sean luz de vida en este caminar.
Hijitos, os digo nuevamente aclamo a vosotros para que vosotros podáis ayudar al cielo y esta madre que vive angustiada por todos los seres humanos que están viviendo en este mundo. He visto en este tiempo como muchos de vosotros habéis ido perdiendo la fe. Pero, siempre hemos venido a sembrar en corazones tan humildes para poder derramar el amor y la misericordia del Padre a cada uno de vosotros. Como quisiera que vosotros entendierais de una vez que el cielo esta paso gigantesco encima de vosotros. En estos instantes si el Padre Dios quisiera podría hacerse visible, hacer visible a su Hijo en medio de vosotros. Pero, vosotros sabéis que cada vez que tenéis dudas Dios sufre, porque a la mínima duda Dios bendito dice no me creerán nuevamente que soy el Rey de Reyes. Recordad, que él estuvo en medio de vosotros miles de años atrás, pero tampoco creyeron que él estuvo en medio de vosotros. Os habéis puesto a pensar que creeréis cuando él se presente en medio de vosotros. Vosotros sabéis que Dios puede hacerse semejante a uno de vosotros, puede hacer que la naturaleza se mueva, puede temblar en estos instantes para que podáis ver el poder de Dios. Dios es inmenso. Él quiere estar en medio de vosotros, pero permitirle que él entre en vuestros hogares, permitirle que entre en vuestros corazones, mis pequeños. Que más puede hacer él, sí los milagros los obra cada día, en cada instante, en las enfermedades, en los enfermos de espíritu que han vivido muchas veces ciegamente y se han convertido de un día para otro.
Recordad, que Dios es el poderoso, el todopoderoso para que él pueda obrar tiene que haber mansedumbre en vuestros corazones, debe haber humildad mis pequeños, si esa humildad Dios no la encuentra como él obrará en medio de vosotros.
Entended, mis pequeños, hoy os pedí un pañuelo blanco, pero un pañuelo por cada persona y me he dado cuenta que muchos han traído más de la cuenta. Vosotros sabéis que el cielo puede dar gracias inmensas. Ese pañuelo quiero que sepáis será para los enfermos donde vosotros irán a visitar deberéis de colocarlo, porque habrán muchas sanaciones.
Pero, eso será cuando verdaderamente vuestra fe haya acrecentado hacia Dios, que vaya creciendo día a día, que vaya formando en vuestros corazones una gran base de amor y de felicidad para que así Dios pueda morar y obrar en todo momento. Os dije una vez que sois portadores de la palabra en medio de tanta inquietud y tanta distancia que hay entre Dios y el mundo. Vosotros podéis ser faros de luz y es a eso a que he venido, a derramar a vosotros luz para que seáis luz en estas tinieblas que estáis viviendo constantemente.
Los cambios serán terribles mis pequeños, este invierno os digo será muy duro, muchos sufrirán, muchos irán perdiendo a muchos seres queridos. Pero, quiero que vayan despojándose de todo lo humano, en la parte humana, porque eso es lo que no los deja crecer en la fe, mis pequeños. Yo sé que aman mucho a su madre, a su padre, a sus hermanos y a sus hijos, pero no os pertenece nada aquí, todo es de Dios y Dios toma todo lo que él necesita y lo porta al cielo. Recuerden pequeños, no pongáis trabas, no pongáis trabas a Dios, porque Dios es el único dueño de vosotros.
La señora dice que estos pañuelos irán con el aroma de amor que ella les puede entregar desde su corazón. Serán rosas que el cielo derrama por vosotros, por sus hijos enfermos del alma y del espíritu.
Recordad, estos pañuelos no son para que digáis que son de la virgen, sino que es para los enfermos. Sed verdaderos hijos hermanables que cuando se repartan deberéis de besarlo, porque en ellos he puesto todo el amor, toda mi dulzura de madre en cada mejilla y en cada pañuelo ira mi corazón de una lágrima, de una rosa.
La señora dice que pasen los niños adelante.
Hijitos, pequeños de la gran Jerusalén, hoy os digo que vosotros veréis la venida de mi Hijo a este mundo. Y los que estáis aquí presentes os consagro en esta tarde en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, porque seréis sellados con el amor del divino corazón de Jesús, porque es el único que os protegerá y os guiará en este camino.
Os prometo fidelidad, os prometo seguridad y os prometo protección de esta madre a cada uno de vosotros. Recordad, que lo malo ha de pasar, pero lo bueno vendrá cuando vosotros verdaderamente atesoréis a Jesús.
Unid vuestras manos dice la señora.
Hijitos, esta cadena de amor es de misericordia, nuevamente la pido. Pero, con esto sello mi gran amor hacia vosotros y a todos mis hermanos que viven en el mundo entero. Quiero que vosotros oréis verdaderamente en este instante por cada alma que vaga en el mundo sin conocer a Dios, esa necesidad tan básica que necesitan de vosotros, porque sin Dios no son nadie, mis pequeños.
Orad en estos instantes, porque la petición que hagáis Dios la tomará en cuenta. Como atesoro el silencio, porque en el silencio esta la oración a mi Hijo. Así os quiero siempre, dar un minuto para adorar a Dios, porque así Dios podrá bendecir a cada uno de vosotros. Quiero deciros aquellos que han perdido familiares que os recuerdo que muchos de ellos están en gracia de Dios, viviendo y gozando en el Reino de los Cielos. La necesidad es a veces mis pequeños, os dije es el Padre es el que llama a sus hijos en la tierra. Muchos hacen su santidad aquí en la tierra, otros se van haciendo en el camino o nacen santos. Aquellos que han partido antes de tiempo y muchos de vosotros lloráis y todavía los extrañáis no os preocupéis, porque ellos están bien. Vuestros hijos viven gozosos en el Reino de los Cielos y quiero decir a esa madre que sufre constantemente que no llore, porque su pequeña le manda desde el cielo un gran beso. El hijo os abraza eternamente para decirte madre estoy bien, lloraré por vosotros y estaré en medio de vosotros siempre.
Hijitos, la grandeza es maravillosa de Dios y la bondad es generosa por permitirme estar en medio de vosotros cuando tengáis el pañuelo recuerda que lágrimas de mi jardín estarán en él.
Os amo mis pequeños, id en la paz del Señor.
Id con los regalos que el cielo os da.
Bendiciones, bendiciones.

Shalom.

Miriam